Arrancaron en el lavadero de su abuela y hoy son una empresa que factura 15 millones de pesos

Repartienda es el supermercado digital que lanzaron dos jóvenes de 25 años con un crecimiento exponencial empujado por la pandemia

Francisco Caucino y Agustín Ruggeri son dos jóvenes de 27 y 28 años que dos años atrás decidieron poner en marcha una idea: una empresa que hace mandados. Lograron capitalizar la pandemia y pasaron de facturar 1 millón de pesos a 15 millones anuales con su plataforma digital donde llevan las compras del super a cada casa.

La Pyme que nació en el lavadero de su abuela hoy cuenta con diez empleados, varios vehículos para envíos y una clientela sólida y en crecimiento. Pasaron de comercializar 120 productos a contar con un stock de 1200 sólo en el último año. ¿Su fórmula? Estudio de mercado, posicionamiento digital, constancia y el seguimiento de cerca del interés del cliente.

“La primera vez que hicimos esto de tomar pedidos para compras fue en la escuela, para juntar fondos para el viaje de estudio”, explica Francisco cómo surgió Repartienda. Años después y ya recibidos, uno de Ingeniero Industrial y otro de Administrador de Empresas, empezaron a estudiar su propio barrio: “En su momento en la zona de Fisherton y Funes había 13 barrios privados con un promedio de 300 casas en donde la distancia para hacer las compras son largas. Al principio nos largamos con frutas, verduras, carbón, productos de pileta y ofrecíamos el servicio a ese sector”.

“Arrancó de esa forma pero nunca quisimos encasillarnos. Apuntamos a ser un supermercado, tarde o temprano iba a llegar”. No se equivocaron y llegó pronto, impulsado por un cambio a nivel mundial que sorprendió a todos. “En marzo del año pasado seguíamos con 120 productos, pero bien posicionados en las redes y en Google, eso fue importantísimo porque ni bien arrancó la pandemia la gente hacía compras en supermercados y esperaba 10 días la entrega. Cuando empezaron a googlear pedidos de supermercados a domicilio ahí estábamos”, explica Francisco y agrega: “En ese momento tuvimos que decidir, llegamos de pronto a tener 80 pedidos en la web en un día, y de golpe no dábamos abasto porque la política es entregar al día siguiente o que la gente programe la fecha que desee. No podíamos no tener stock”.

Apostaron fuerte y ganaron. Sumaron productos de todo tipo: además de los frescos agregaron variedad de congelados, dietética, limpieza, lácteos. Contrataron y duplicaron personal, invirtieron en más vehículos para reparto y cubrieron toda la ciudad. En un mes pasaron de ofrecer 120 productos a contar con 1200.

“Seguimos incorporando productos constantemente, sondeamos siempre qué productos se buscan y nuestra web tiene un espacio para que la gente haga sugerencias sobre lo que podemos agregar. Nos dimos cuenta que la gente que pedía una vez se quedaba enamorada del servicio y sobre todo le prestamos mucha atención a la post venta, siempre preguntamos si se recibió el producto sin problema”, destacan cuáles creen que son los puntos fuertes del servicio que ofrecen.

Invierten todo el tiempo. Hoy cuentan con su propio depósito cerca al mercado de frutos que visitan todos los días, atrás quedó el pequeño lavadero de la abuela de Agustín que fue su depósito y oficina el primer año. Hoy Repartienda, que en su primer año facturó un millón de pesos, cerró su segunda temporada con 15 millones anuales. ”Toda la plata que va dejando el negocio la usamos para inversión para que crezca de forma más rápida”, aseguran los jóvenes que no dudan en ir por más.

 

 

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