El fin de la grieta

Por Laura Rodríguez Machado*

El martes 14 de junio de 2016 quedará plasmado en la memoria de todos como así también en las páginas de los libros de historia que leerán nuestros nietos: ese fue el triste día en el que vimos con nuestros propios ojos una de las imágenes más ingratas de la democracia, en la que se vislumbró con claridad cómo se utilizó durante años la política para crear fortunas personales robándole el dinero a cada ciudadano de nuestra Nación. Paralizado con las imágenes quedaron los  que día a día cumplen con su trabajo y conducta cívica  y que, pese a sus propias dificultades, pagan sus impuestos con la confianza de que el gobierno hará con este lo necesario para que el país crezca.  Fuimos engañados y se evidenció finalmente en lo que pareció una producción cinematográfica, pero no lo fue.

Ni siquiera en los estudios de Hollywood pudieron imaginarse una trama de este calado, en la que un ex funcionario sea agarrado con las manos en la masa con una cantidad  tal de dinero que las autoridades necesitaron horas para terminar de contarlo. José López, ex Secretario de Obras Públicas de la Nación durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, ex mano derecha y número dos del ex Ministro de Planificación, Julio De Vido y actual Parlamentario del Mercosur -electo por el Frente para la Victoria-, fue encontrado por la policía en el momento justo en el que revoleaba bolsos repletos con 9 millones de dólares, como así también una considerable fortuna en otras tres monedas extranjeras y valiosísimos relojes que superan los cientos de miles de pesos, con la intención de enterrarlos luego en un monasterio del cual varios funcionarios del pasado gobierno eran visitantes asiduos. Todo esto, además, lo hacía mientras empuñaba una imponente Sig Sauer 522LR, que permite efectuar un gran número de disparos de manera constante capaz de ocasionar desastres de enorme magnitud, de hecho, el tirador de Orlando utilizó el mismo arma solo que de otro modelo para asesinar en los Estados Unidos a 50 inocentes en un club bailable hace tan solo días. 

La gravedad de los hechos es inconmensurable y se suma a los distintos sucesos que se fueron dando a la luz desde que asumió el nuevo gobierno, en donde la increíble corrupción que sufrimos los argentinos quedó en evidencia. Pero éste último acontecimiento, quizás por su flagrancia, constituyó la gota que rebalsó el vaso.              Tan solo en este caso en particular –y tengamos en cuenta que es  uno de tantos- el dinero robado equivale a, por ejemplo, cientos de patrulleros de policías y ambulancias, o 120 mil asignaciones universales por hijo, o bien, 164 años de leche para cada uno de los niños a los que Margarita Barrientos ayuda cada día, garantizando su sano crecimiento y posibilitándole una mejor calidad de vida.

La indignación recorre hoy las calles de cada pueblo de la República Argentina, estos tristes sucesos lograron que los argentinos nos uniéramos, dejamos atrás la llamada “grieta” que nos dividía y nos unificamos en la lucha contra la corrupción. Hubo funcionarios que  se aprovecharon de los 40 millones de individuos que todos los días se levantan temprano a trabajar para alimentar a sus familias y les arrebataron el fruto de su esfuerzo, se quedaron con él y vivieron así una vida indebida, acumulando millones y construyendo faraónicas mansiones erguidas como verdaderos monumentos a la decadencia. La desazón y bronca también invadió a quienes los votaron y confiaron en ellos. Miles de argentinos que creyeron en ese proyecto, incluso en esos funcionarios. Los defendieron de lo que  creían eran operaciones para desacreditarlos poniendo su voto en la urna por ellos cuando no dando la cara y su prestigio en defenderlos, como lo hicieron muchos artistas que hoy se arrepienten.

Si bien esta penosa circunstancia nos llena de dolor, servirá para reunir a todos los argentinos por un objetivo en común: lograr que en nuestro país reine la justicia y que los ladrones no tengan lugar, que el trabajo honrado sea lo que nos saque adelante y que cada uno aporte su grano de arena para la prosperidad. Las diferencias van a abundar, pero de todas ellas decantará lo mejor del pueblo, dejando en el pasado esta vergüenza y mirando a un futuro que, sin duda alguna, será mucho mejor.

*Senadora Nacional por Córdoba, presidenta del bloque Frente Pro del Senado

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