Claramente no hay futuro. Conocer Venezuela

La experiencia de mi viaje a Caracas tuvo diferentes sensaciones. Enriquecedor desde lo personal, pero triste desde lo emocional. Donde pude percibir el dolor del habitante común, normal, trabajador, humilde.

Por un gobierno que está sometiendo al sufrimiento a todo un pueblo, que está perdiendo la paciencia contra el “chavismo” de Maduro, para intentar revertir la resignación y tomar fuerzas para cambiar su historia.

Porque así cuando uno escucha muchas veces hablar del régimen cubano, sin conocer in situ, pasa lo mismo ahora con el régimen venezolano.

Lindos edificios de los años 50, ya que en el año 60 Venezuela tenía el ingreso per cápita más alto de todo Latinoamérica, más que Argentina inclusive; claro que luego lamentablemente entró en un declive, en un tobogán, hasta estos tiempos donde encontramos un país hecho añicos, donde esta ficción bolivariana va a terminar con ese país, y van a tener que reconstruirla entera si pudiesen.

Pero queda la sensación que ese mismo panorama podría haber sido nuestro país. Como ejemplo podemos citar, el viaje que hicieron los chicos de La Cámpora para festejar el triunfo de Maduro, con lo cual, imagino que esos mismos chicos que viajaron con banderas rojas para la fiesta preparada en aquel país, deberían explicar largamente a que fueron a aplaudir allá.

Venezuela tiene 25.000 muertos por año, como si fuera 4 o 5 veces lo que tenemos en Rosario, teniendo todavía una relación de 1 en nuestra ciudad a 4 en Caracas cada 100.000 por día.

Hoy, se encuentran manifestaciones de los estudiantes que ya están cansados del régimen bolivariano; no solo de la incompetencia del Presidente Maduro, también de ver militares en todos los cargos públicos, de un gobierno militar en definitiva.

Un gobierno que ganó en su momento por las urnas y luego fue desmantelando todos los sistemas democráticos y republicanos como nos gusta entenderlo a nosotros, y fueron armando un sistema más corporativo. Venezuela tiene 3.000 Generales. Diosdado Cabello preside la Asamblea Parlamentaria, siendo el militar más fuerte. Es un régimen militarizado por donde se lo mire; con una Policía, una Guardia militarizada, que es una parte del ejército que hace las veces de policía, y también las milicias que armó Chávez y que se los llama cuando se necesita ayuda, quien sabe por temor a que; y porque todo está “armado” como para resistir.

La economía es inverosímil, no tan sola por el 70% de inflación, que se lee en los diarios (los que se pueden leer todavía) y quizás no sorprenda tanto aquí porque en nuestro país se vivió con ese número de inflación.

Pero lo que realmente hace mal, es hablar con la gente en Venezuela, que a pesar de todo tiene buen ánimo, sin crispación, con buena onda, sin pensar que el mundo se termina; no malhumorado e intolerante en el trato, como existe en Argentina.

Hay aproximadamente 3.000 estudiantes procesados, presos 600, y los acusan de terrorismo; quizás con futuras condenas de 30 años.

En oportunidad de reunirme con la madre y el abogado del principal opositor del gobierno venezolano, Leopoldo López; y pudiendo ver el expediente, lo acusan de haber incendiado una farmacia, cuando verdaderamente nunca estuvo presente ahí. Y la única acusación seria que le quedó a López, candidato social demócrata, es que su partido está considerado como una organización terrorista, como una asociación ilícita.

No existe ninguna causa que pudiera justificar que esté preso.

Pero saliéndome de la política, los políticos y los estudiantes, y yendo al resultado de la gran revolución bolivariana, que ciertamente repartió mucho dinero del petróleo entre los que menos recursos tenían para tratar de darles un mejor ingreso, lo que “armó” fue una base de sustentación en todos los morros que hay alrededor de la ciudad, con mucha asistencia social, eso hizo que Chávez sea un héroe en Venezuela.

Pero el modo en que han desparramado, despilfarrado, desperdiciado ese dinero del petróleo con tan poca inteligencia, hizo que en poco tiempo las consecuencias, el resultado, sea que haya explotado el país económicamente.

El dólar oficial cuesta 6 bolívares y el paralelo 80. Como ejemplo individual, tomar un ron en un hotel, cuesta 140 bolívares. Claro, si se paga con tarjeta de crédito, ese vaso de ron de poca calidad, son 25 dólares, pero si se paga al tipo de cambio blue, sale un dólar y medio.

Proyectando la imaginación de importar una camioneta a valor de 6 bolívares/dólar, cuando después se vende en el mercado a 80, entonces los que importan esas Cherokees majestuosas, son empresarios amigos del Gobierno; a valor 6.

La gente de Venezuela, todavía habla en plata vieja y plata nueva, porque a los bolívares le sacaron 4 ceros.

Un ejemplo duro y triste

Un empleado del hotel donde estuve alojado gana u$s 50.- por mes al cambio blue; otro,  el recepcionista, gana 100 dólares. Preguntando por los gastos que tenían que hacer para ir a trabajar todos los días; pude resumir lo duro y triste de vivir allí; de transporte casi nada porque está subsidiado, 1,5 bolívares, casi nada, pero para subir a la montaña porque uno de ellos es bien humilde, tiene que tomarse una camioneta particular que le cuesta 20 bolívares, que lo lleva y lo trae hasta que se tome el otro transporte.

Pero como ese sueldo no le alcanza, trabaja en el hotel hasta las 14 y tiene otro trabajo por la tarde, hasta las 22 horas.  Entre los dos trabajos junta 100 dólares (lo que equivale a 6.000 bolívares).

Un pantalón en Venezuela cuesta 4.000 bolívares, un par de zapatos comunes sale 600,  un sachet de leche 30 bolívares y no hay.

Entonces, analizando su ingreso, y los gastos que tiene, y considerando que tiene una hija, prácticamente no le alcanza para comer. En este ejemplo se resume una cantidad de millones que están en su misma situación.

Se cuenta que existe contrabando de petróleo en todo el mar, en el mar del Caribe, y que esa plata se la quedan los Generales, miles de millones.

Los autos viejos se desguazan porque no hay repuestos.

Igualaron todo en la escasez, la gente ya no puede comprar nada. Quebraron la sociedad entre los que no tienen nada y dependen del Gobierno para sobrevivir, porque no generaron nuevas fuentes de trabajo y la misma burguesía que había antes que llegaran los chavistas para cambiar el país. Y en el medio de todo esto, el trabajador común que tiene dos trabajos para darle la leche a su hijo.

Y este es el país que en los años 70 tenía el mayor índice per cápita. La sociedad está brutalmente fracturada, y encima con un presidente como Maduro que es un dictador, una persona que ganó por la democracia que es dueña de todos los militares y de la justicia. Él, Diosdado y los miles de cubanos, que entran y salen del aeropuerto (como si Cuba fuera un país con altos recursos como para mandar a la gente de viaje).

Participante de un evento cuya Fundación tiene 30 años, que es democrática, avalada por muchas otras fundaciones del mundo. Los directivos de aquí tienen todos, denuncias penales. Un acto con Vargas Llosa está denunciado como un acto terrorista.

Los diputados chavistas realizan denuncias penales por actos terroristas a los que ellos consideren opositores, lo que conlleva a 30 años de cárcel.

Pero; alguna vez acá, alguien se va a tener que dar cuenta que los gobiernos latinoamericanos, en realidad son tuertos para los derechos humanos. Es probable que a Leopoldo López lo consideren un preso político, al que juzgan “arriba de un colectivo” y no se lo lleva a juzgar a la Corte del centro de la ciudad por temor a que se genere una pueblada; y va el canciller argentino Héctor Timerman y mira para otro lado, y va la presidente de Brasil, Dilma Rousseff y mira para otro lado, Evo y Correa miran para otro lado; no hay ninguna democracia,  todos los jueces son del chavismo, pero además de todo esto que es autoritarismo extremo, la gente está empezando a desencantarse, porque la inflación es muy alta y los sueldos no suben.

Claramente no hay futuro en Venezuela.  Una sociedad quebrada; donde están por otro lado algunos que se pueden comprar muchos autos, lo que gastan y los viajes que realizan, mientras la mayoría de la población sufre.

Lo curioso es que Argentina está yendo por el mismo camino – ojalá no llegue nunca – pero quien sabe si no llegará…

Tomando como un simple y respetuoso ejemplo, el secretario general del Movimiento Libres del Sur, Humberto Tumini, que forma parte de UNEN en nuestro país, está a favor del régimen chavista, un sistema totalmente antidemocrático.

Maduro nunca explicó el resultado de las últimas elecciones, el porque de la expropiación de todos los medios de comunicación, como encarcela opositores; ante la falta de reacción y la mirada impávida del resto del mundo que acepta esas reglas.

Se quedarán ahí como se quedaron los Castro en Cuba. Igual. Ahora, cuando el modelo no da para más, y la gente comienza a mostrar su descontento, la consecuencia seguramente será, la represión que irá en aumento, que irá creciendo.

Entonces, ahora, estarán apoyados por la gente que está bien arriba, sacando dinero del chavismo, y de los que viven mendigando la plata al chavismo. Y la clase media se va a pulverizar.

Otro ejemplo duro, fue conversar con un farmacéutico al que le expropiaron su farmacia, y no se la pagaron nunca. Se la sacaron y la alquilaron, y por 10 meses no le cobran el alquiler, es decir, el alquiler va en contra de la expropiación, es como que se le saca lo que uno tiene, no lo pagan nunca y después encima se deben alquileres.

Mucha gente sigue cautelosa y temerosa.  

Y repito, Argentina está/estábamos en el mismo camino, porque el modelo argentino, es un modelo bolivariano hermanado entre los Kirchner y Chavez.

Si en Argentina, no se producía el 8N, si no salía la gente a la calle con las cacerolas, si no se derrumbaba la reelección eterna que quería la presidente y si pasaba la ley de medios, y si pasaba la ley de la democratización de la justicia íbamos indefectiblemente detrás del fracaso venezolano.

Con empresarios cómplices, con políticos que le votaron todas las leyes al kirchnerismo (habría que preguntarles especialmente a los socialistas por esto), y con La Cámpora viajando para festejar a Maduro…

Es un viaje para recomendar a todos los argentinos, porque es como si uno cerrara los ojos e imaginara lo que podría haber llegado a ser la Argentina, quizás un poco más adelante nomás. Para conocer, para saber, para entender…

Venezuela importaba mucho, pero cuando se corta la importación, no hay más nada. La plata vale cada día menos, entonces en la medida que puede, la gente compra todo lo que hay y hasta donde puede. Y la economía se derrumba y hay desabastecimiento en todos los productos, y se entra en una espiralización dramática.  

Es una peregrinación para hacer trámites y comprar cositas.

No hay leche, no hay zapatos, no hay electrodomésticos, pero están los que se compran las heladeras de 30 mil dólares.

Un remisero gana entre 150 – 200 dólares. El hijo, de 20 años, ingeniero, se fue a Perú, gana u$s 1.500.-. Si se hubiese quedado en Venezuela probablemente ganaría lo mismo que su padre.

Alguna vez, personas como Bonfatti, o como Binner, que son socialistas y que ya se han manifestado en contra, deberían firmemente demostrar y hacerle un poco más de fuerza a todo esto.

Claro, pensar también que aquí nuestro país se ha declarado a favor de Fidel Castro que se la ha pasado asesinando gente y empobreciendo un país entero ante la mirada cómplice de todo el mundo.

Maduro, un dictador, tan dictador como Pinochet. Militares que se creen que pueden gobernar un país como se les da la gana, a puño de hierro. Gente que no merece ningún respeto dentro del ámbito de la democracia y la república, eso es Venezuela.

Y Argentina que le dio a Maduro el premio a la libertad de expresión cuando visitó nuestro país, y a estos personajes, los dirigentes le tienen admiración.

Recomiendo ir a Venezuela para ver, para conocer la verdadera y cruda realidad, ni siquiera para que nos lo cuente una persona de la oposición o el periodismo.

Este sistema va al fracaso, ya no tienen apoyo. Pero a ver, Chávez no nació de un repollo, entonces cabe una reflexión para los opositores – que a su vez tienen bastantes diferencias entre si -, pensar que desde el año 70 hasta que llegó Chávez pasaron muchas cosas para que haya gente que necesitara al menos una manzana por día; quiero decir, alguien “robó” Venezuela, antes que este mismo régimen se la siga robando, alguien destrozó la política antes que se pulverizara en esta época, porque viene cayendo desde 1970.

Y repito, Argentina no es muy distinta a Venezuela, es una cuestión de grados nomás.  Allá se quedaron con los jueces, pero acá pasa lo mismo (por caso como ejemplo rápido, Oyarbide); allá administraron la pobreza y acá también, la inflación que existe en los dos países, pero ahora la persona más humilde, que tiene dos trabajos para subsistir, ya habla desencantado en contra de los bolivarianos.

Sin pensar que los que están en la vereda de enfrente sean mejores, pero sustento, cada vez menos. E insisto, cual es la explicación por la que los chicos de La Cámpora viajaron para agitar los pañuelos rojos de Venezuela, y que la presidente argentina que estuvo tanto tiempo hermanándose con Chávez, explique por qué. Entendiendo cada vez mejor cuando dijo “vamos por todo” aquí en el Monumento a la Bandera. Y gracias a Dios, blogueros y cacerolas y falta de militares; por suerte, hicieron que nosotros aparentemente podamos pensar en una oportunidad distinta, aunque tampoco sepamos donde termina.

Y como no le preguntan a Tumini adentro de UNEN cuando dice “yo estoy a favor del chavismo”, y por que no le preguntan a D´Elía por que lo quería fusilar a Leopoldo López si en el expediente no tiene nada. Hablar por hablar no cuesta nada.

Y no se nota tanto porque el nivel social, y humano de la dirigencia y de las instituciones argentinas es tan bajo, de tan poca calidad…

Y lamentablemente, el viaje fue enriquecedor, de mucha experiencia personal, pero digo “lamentablemente” porque se basó en la observación del sufrimiento de un pueblo, el venezolano, que es el modelo a seguir de este gobierno argentino.

Y cuando se dice y se recomienda pensar en el voto de las próximas elecciones, no es en vano. Todavía existe horizonte para Argentina. Pero depende de los argentinos.

 

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