Uber amplía sus operaciones en Santa Fe. ¿Qué ocurrirá con Rosario?

Transportará personal esencial. Hasta el momento, solamente permitía envíos y paquetería

Uber amplió sus operaciones en Santa Fe la semana pasada, pero el Concejo rosarino todavía no tiene el tema en agenda. El 6 de octubre, la empresa de transporte habilitó viajes para personal esencial en la capital provincial. Hasta el momento, la compañía venía prestando únicamente su servicio de mensajería y envío de paquetería, pero ahora también trasladará al personal de salud que necesite ir y venir de los hospitales, y a otros pasajeros que necesiten realizar “viajes esenciales”.

La noticia no fue bien recibida por los taxistas y remiseros de la ciudad, que el 7 de octubre se manifestaron frente al Palacio Municipal con pancartas que rezaban “el taxi es un oficio, no un rebusque”. Según informó La Capital, se demandaba un encuadre legal para la puesta en marcha de Uber, bajo las modalidades “Essential” y “Clinics”. La postura de las asociaciones de taxistas y remiseros es que “se trata de una actividad absolutamente ilegal”.

Actualmente, Mendoza es uno de los pocos casos en los que se ha llegado a un acuerdo sobre la operatoria de Úber en el país. El gobierno mendocino otorgó a la empresa un estatus diferente al de transporte público. De este modo, se reglamentó que tenga que pagar los mismos impuestos, sin los beneficios fiscales que tienen taxis y remises. También se determinó que cumpla los mismos reglamentos y la revisión técnica, con el agregado de que los vehículos deben tener una antigüedad máxima de hasta cinco años, mientras que para el transporte público el límite es hasta diez. Además, la plataforma debe pagar el 1% de su facturación al Estado para la conformación de un fondo de fomento para los servicios de transporte.

En mayo de 2019, un fallo de la justicia mendocina determinó que la actividad de Uber no podía ser igualada a la de taxis o remises. Según señaló, la competencia “ayuda a mejorar el servicio para aquellas personas que consumen el mismo, toda vez que cada uno de los prestatarios debe tratar de mejorar aquello que ofrecen para poder así ‘ser elegidos’ por los clientes/consumidores. Siempre ha sido así. De lo contrario, se viviría siempre en un monopolio respecto de lo cual los prestadores de servicio se ‘relajan’ y puede no interesarles mejorar el servicio que prestan en tanto son los ‘únicos’ en el mercado que lo ofrecen”.

Mientras tanto, en Rosario los conflictos entre taxistas y la llegada de la empresa tuvieron lugar en reiteradas oportunidades. El año pasado, un grupo de choferes de taxi mantuvieron una reunión con Pablo Javkin, en ese momento presidente de la comisión de Servicios Públicos, para plantear su descontento ante la potencial llegada. “Si (Uber) viene, nosotros nos quedamos sin trabajo”, sostenían. Por su parte, el edil Eduardo Toniolli sostenía que “quiere desembarcar ilegalmente en la ciudad”. Algo similar ocurrió con Cabify que, tras haberle ganado la pulseada a la Municipalidad, logró comenzar a operar en Rosario, luego de que le revocaran el permiso en 2019.

Luego de la noticia del desembarco de Uber en la ciudad de Santa Fe, nos pusimos en contacto con varias fuentes del Concejo Municipal, que coinciden en que tratar la posible llegada de la aplicación a Rosario no se encuentra en agenda. Según dijeron “con la fuerte caída en los viajes a raíz de la pandemia, es muy poco probable que vaya a tratarse este tema en lo que resta del 2020”.

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