Las marcas que desaparecieron…

A fines de 2000 en la Argentina operaban 6318 estaciones de servicio según cifras relevadas por las cámaras empresarias del sector. El mercado se repartía por entonces entre 11 empresas y las blancas, un segmento que actuaba en esta condición por elección y no por opción, como sucede actualmente.

Eran tiempos de inestabilidad política. Se avecinaba la peor crisis económica de la historia argentina contemporánea que dejaría en definitiva un tendal de actividades al borde del colapso, del que las bocas de expendio fueron uno de los máximos exponentes: en los últimos 15 años debieron colgar las mangueras 1884 negocios.

Junto con ellas también sucumbieron varias empresas que las embanderaban. Rhasa, Petrolera del Plata, Citex, Dapsa y Conor, son algunas de las que quedaron en el camino. Otras, el caso de San Lorenzo y Eg3 pertenecientes a la española Repsol, mutaron a nuevas marcas conformando inicialmente la red Petrobras  que más tarde compartió con Oil Combustibles.

Exceptuando este último caso, los emblemas desaparecidos sumaban 175 puntos de venta, los cuales muchos de ellos se transformaron en fastuosos emprendimientos inmobiliarios. El resto, sin embargo, no logró ese objetivo consolidando el mapa de terrenos abandonados sin posibilidades de ser reciclados por el alto costo que implica su remediación.

Con el correr de los años aparecieron nuevos emblemas, tal el caso de PDVSA en asociación con Enarsa, que también sucumbió en el intento. En el interín surgió PDVSUR, que compró Sol Petróleo; AXION energy, que adquirió Esso, YPF que volvió a la potestad del estado y algunas otras compañías de carácter regional con intenciones de expansión.

Hoy son sólo siete las principales empresas que disputan la preferencia de los automovilistas: YPF que con 1526 establecimientos domina el 35 por ciento del market share de los surtidores de naftas y gasoil del país; Shell, el 13.9; AXION, 11; Oil, el 6.7; Petrobras, 6; PDVSUR, 1.8 y Refinor, el 1.4 por ciento.

Con el 24 por ciento del mercado, las blancas merecen un párrafo especial. Las condiciones adversas de comercialización las catapultaron al segundo lugar pero nunca lograron afianzarse como una red. Hubo algunos intentos, como cuando el entonces Secretario De Comercio Guillermo Moreno, les prometió una relación contractual con las principales petroleras del país que nunca prosperó.

El presidente de la entidad que las agrupa, Manuel García entiende que esta situación desfavorable se profundizará: “Las bocas blancas están en inferiores condiciones de mercado; no tienen marca y esto hace que la gente tenga cierta desconfianza, y encima venden el combustible más caro porque primero pasa por un intermediario que es el distribuidor, mientras que las embanderadas compran directamente a la petrolera, a un costo menor”.

Fuente: Surtidores

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