¿Cómo se para el mercado financiero a menos de 20 días de las elecciones?

Mirá el análisis de TSA Bursátil, empresa del Grupo Transatlántica

Por TSA Bursátil 

Finalizado septiembre, los análisis y debates giran en torno a un único evento: las elecciones generales en octubre. Habiendo ocupado gran parte del panorama político-económico del país durante este año, nos encontramos a un par de semanas de saber quién será (en caso de definirse en primera vuelta) el próximo presidente de Argentina.

La incertidumbre reinante, consecuencia del escenario de “tercios” entre candidatos, se pone de manifiesto al momento de planificar los portafolios de inversión. Un estudio sobre el comportamiento de los distintos instrumentos de los mercados, junto a las variables macroeconómicas, puede arrojar algunas directrices sobre el posicionamiento para inversores.

La euforia experimentada por los activos argentinos durante 2023, sobre todo en dólares, parece haberse esfumado con el resultado de las PASO. Ciertamente, el contexto internacional no fue de ayuda y sumado al alto Beta de papeles locales, han sellado un marcado descenso en las cotizaciones. El Merval medido en CCL (GGAL) cayó -14,2% desde el viernes pre PASO hasta fines de septiembre. A su vez, los bonos legislación local retrocedieron -13,2% en promedio, al tiempo que aquellos bajo legislación extranjera lo hicieron -16,4%.

Pero los factores idiosincráticos importan y mucho. Tal como puede notarse de forma recurrente en el mercado, las valuaciones son enemigas de la incertidumbre. La conjunción de encuestas que no consideraban el resultado que efectivamente se terminó dando, junto con precios de activos que parecían descontar una victoria de Juntos por el Cambio (JxC), fueron algunos de los factores que explicaron la performance desde el 14 de agosto.

Si a esto se le suma una macroeconomía signada por una inflación interanual de tres dígitos, déficit fiscal y comercial, reservas netas negativas y la falta de claridad por parte de los candidatos sobre sus planes económicos, el cóctel favorece a la volatilidad en todo el espectro de instrumentos del Mercado de Capitales.

Un primer llamado de atención se vivió en las últimas ruedas del noveno mes, con un increíble “sell off” a lo largo de la curva de pesos. Principalmente, el jueves pasado los Boncer y el TV24 sufrieron fuertes correcciones, junto a los bonos duales, aunque estos últimos recuperaron parte de las caídas en la rueda siguiente. Al moverse de forma inversa al precio, los rindes sobre estos títulos vieron un reacomodamiento inmediato. Así, los bonos con ajuste por CER pasaron a ofrecer tasas reales positivas de dos dígitos, mientras que los ajustables por tipo de cambio abandonaron los rendimientos negativos para ofrecer una prima sobre devaluación.

¿A qué se debe esto? Una primera respuesta puede encontrarse en los contratos de dólar futuro de Rofex. El recalentamiento en este mercado muestra la expectativa de un nuevo ajuste en el tipo de cambio oficial para los próximos meses. Ahora bien, las tasas efectivas de cuatro dígitos (inéditas en la historia reciente) suponen un ajuste mucho mayor al proyectado por los analistas del REM del BCRA. De una u otra forma, el retoque en el tipo de cambio no debería sorprender, más aún considerando que el ITCRM volvió a los niveles previos al salto discreto de +22%. La gran incógnita es cuándo se materializará.

Entonces, ¿las carteras rotan sus posiciones en busca de cobertura cambiaria? ¿Existe temor a un impago de la deuda en pesos? La respuesta al segundo interrogante es más compleja, mientras que la primera pareciera ser el principal motivo de estos movimientos, dado el contexto que se atraviesa.

Una pista puede encontrarse en la industria de FCI, que finalizó el 28 de septiembre con rescates netos en el universo de pesos. Al interior del mismo, se destacan las salidas en fondos CER durante las últimas dos ruedas del mes pasado, como también de fondos T+1, pero en menor medida. De todas formas, vale destacar que, el CCL implícito en AL30 mostró un avance de +28% en el último mes y medio, cuando una referencia más “libre” como el CCL implícito en GGAL (dado que el BCRA no interviene directamente sobre él) lo hizo +37%, ganando ímpetu en la segunda mitad de septiembre.

De esta manera, surge una consulta habitual: ¿cómo pararse previo a las elecciones y a los meses venideros? Las alternativas de corto plazo en pesos parecen agotadas y los títulos con vencimientos en los primeros meses de 2024 continúan mostrando paridades elevadas. Como ya mencionamos en ocasiones anteriores, la victoria del candidato Milei (hoy primero, según el promedio de las encuestas) podría incrementar nuevamente la demanda sobre los dólares financieros dado su plan de dolarización.

En este sentido, las obligaciones negociables hard dollar de empresas con sólidos fundamentos y pertenecientes al sector transable de la economía (preferentemente con buenas cifras de exportaciones), se presentan como un “safe haven” dentro del acotado mercado local. Complementadas con CEDEARs de sectores considerados defensivos, estas alternativas para dolarizar los portafolios pueden resultar útiles para inversores conservadores.

En tanto, para aquellos más arriesgados, está la posibilidad de incorporar equity argentino o soberanos denominados en moneda dura, aunque este tipo de activos pueden tener mayor volatilidad y su potencial ganancia dependerá de las perspectivas y efectiva aplicación de un plan de estabilización para la economía argentina.

Comentarios