Zona núcleo: faltan muchos milímetros para poder sembrar el trigo

La tendencia es a bajar trigo a pesar de que “marzo 2024 está muy lejos”, señalan en la región. “Faltan lluvias que recarguen los perfiles”, dicen desde Cañada de Gómez.

Sin embargo, el quebranto económico del sector tras la sequía obliga a muchos a sembrar trigo aún sin disponer del agua mínima requerida en los suelos. Desde Arroyo Dulce lo explican así: “hoy no están dadas las condiciones para sembrar, faltan muchos milímetros para tener condiciones de siembra. Pero las  intenciones son de aumentar la superficie triguera. Esto es estrictamente por necesidad financiera; el que pueda elegir, optará por no sembrar”. En General Pinto necesitan  entre 150 a 200 mm de lluvia, “de lo contrario el área se reducirá un 60%”, advierten. En Marcos Juárez la baja sería de un 15% respecto al año pasado. Los técnicos recomiendan tomar las decisiones en base al nivel de agua útil de los suelos.

Desde el extremo-sur santafecino afirman que si no cuentan con un 80% de capacidad de campo no van a sembrar el cereal de invierno. En GEA simulamos que pasaría si las lluvias cumpliesen a rajatabla con las estadísticas hasta fines de mayo. El resultado muestra que solo en los mejores casos la capacidad de campo (para una pradera permanente y para el primer metro) llegaría al 60%, como muestra la imagen.

Y ahora, ¿por qué no está lloviendo?

Después del cambio de escenario que se produjo con el arranque del otoño, las lluvias mantuvieron un comportamiento errático y dispar. “Las masas de aire frío y seco se impusieron con mayor frecuencia desde principios de mes. Esto va en contra de generar condiciones de humedad para proveer el agua que necesita la región”, explica Elorriaga. “El escenario podría ser más complejo si las lluvias de abril y eventualmente las de mayo se consolidan por debajo de la media, como ha sucedido en doce de los últimos treinta años”.

¿Qué dicen los pronósticos de corto y mediano plazo?

“Por el momento los pronósticos no muestran en el corto plazo sistemas precipitantes que puedan recomponer los valores estadísticos de los primeros veinte días de abril. Sin condicionantes negativos de gran escala y dependiendo de los mecanismos regionales, siempre es posible la presencia de algún evento disruptivo que compense las estadísticas antes de fin de mes. El cambio de tendencia está en marcha pero las soluciones pluviales están llegando más lento de lo esperado”, explica Elorriaga.

Para el mediano plazo, según proyecciones – en base a datos del centro Euro-Mediterráneo de Clima- la probabilidad de contar con lluvias que superen las medias estadísticas en región núcleo durante el trimestre mayo-junio-julio son del 30 al 40%. Es decir que las lluvias serían normales o inferiores a lo normal en este trimestre del año. Hay que recordar que el promedio estadístico de lluvias para mayo es de 40 a 70 mm,  con un gradiente ascendente de oeste a este; en junio de 10 a 50 mm y  en julio de 10 a 50mm.

Fuente: GEA

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