Víctima de la coyuntura

Bio4 cerró su planta en Rio Cuarto, una de las empresas pioneras en la producción de bioetanol a partir de maíz

Las restricciones a la circulación provocaron una caída estrepitosa en el consumo de gasolina arrastrando al bioetanol, que es utilizado por las compañías petroleras para cortar las naftas en una proporción de 12% con el combustible de origen biológico. Desde la compañía informaron que han hecho todos los esfuerzos posibles para evitar la parada, pero los clientes han dejado de retirar el producto y ya no disponen de más capacidad para su almacenamiento. “Venimos produciendo al menor ritmo posible, aun sabiendo que la planta pierde mucha eficiencia para tratar de estirar la parada lo máximo posible, pero ya no tenemos donde almacenar más biocombustible” dijo Manuel Ron, uno de los directores de la compañía.

Bio4 es la nave nodriza de un ecosistema de plantas que transforman maíz en biocombustibles, energía, alimentos y fertilizantes orgánicos. Un sistema productivo de agregado de valor con fuerte énfasis en la economía circular. El principal producto es el bioetanol, pero en la misma proporción se obtiene burlanda, una fuente de proteína que se ha ganado un lugar entre los tamberos y feedloteros de la zona, gracias a su alta digestibilidad y facilidad para integrar en las raciones.

La compañía cuenta con su propio feedlot, donde destinan parte de la producción del alimento, mientras que los excedentes se comercializan en los establecimientos de la zona. A cambio, reciben el estiércol, que junto a las vinazas livianas -un residuo de la destilería- son enviadas al biodiegestor de Bioeléctrica dentro del mismo predio. Allí se convierten en electricidad que se inyecta a la red. La usina, que opera desde hace 5 años comenzó con una potencia de 1,2MW y ya cuenta con 4,5MW. En pocas semanas más, estará instalado el nuevo generador para les permitirá alcanzar los 6MW. El calor de combustión de los generadores se integra al proceso de la destilería, mientras que el digestato cierra el circuito al convertirse en biofertilizante para devolver nutrientes al campo y potenciar la producción de maíz, que una vez cosechado, comenzará un nuevo ciclo en la destilería.

La interrupción de la producción de etanol genera un efecto en cascada que altera todos los otros procesos. Al no operar la destilería no hay producción de burlanda ni generación de vinazas, lo cual obliga a los ganaderos y tamberos a reformular sus dietas con fuentes más caras, y que probablemente no estén disponibles localmente. Una complicación por el mayor costo de los fletes y las dificultades para circular.

Comentarios