Si apostás a una suba…

El informe de Ignacio Cueva para el Centro de Gestión Agropecuaria de Fundación Libertad

Con el foco en Sudamérica y el futuro asomando en el horizonte

El reporte de oferta y demanda del USDA dejó gusto a poco y el mercado volvió a operar según sus propias motivaciones rápidamente. La demanda, con China a la cabeza, evalúa venir a nuestra región por provisiones. A su vez, comienza a analizarse la campaña 15/16.

Esta semana, el día martes, tuvimos un nuevo informe de oferta y demanda, elaborado por el USDA. La expectativa que suele generar este día se disipó velozmente y el mercado siguió su curso habitual en cuestión de pocas horas. Históricamente, el reporte de febrero no suele traer grandes cambios consigo, y este año no fue la excepción. La reducción de stocks de soja y maíz en EE.UU. parecían dar aire a las cotizaciones, pero la amplia producción mundial de ambos terminó pesando más y los precios cerraron con retrocesos el martes. A su vez, si bien los stocks de soja fueron menores al promedio esperado, siguen en valores relativamente altos contra los históricos.

La soja tuvo lugar a una pequeña recuperación con el correr de la semana, volviendo a coquetear con los 1000cts/bs (367u$s/tn), precio psicológico, que está resultando un techo de momento. Las ventas y embarques de soja estadounidense todavía dan señales de fortaleza, ubicándose cerca de las estimaciones totales del USDA cuando quedan seis meses de campaña por delante. En relación a esto, China continúa mostrando apetito comprador por la mercadería estadounidense, lo que ha dado sostén a los precios, llegando incluso a cerrar negocios para la próxima campaña en los últimos días. El gigante asiático parece haberse asegurado el suministro de soja en la previa a los festejos por el año nuevo lunar. Una vez terminada dicha festividad es de esperar que los chinos viren su atención hacia nuestra región para la provisión de soja.

Precisamente, con respecto a Sudamérica, se han presentado varias estimaciones de producción de soja. Comenzando por Brasil, nuestro vecino ha visto una reducción del total de poroto a cosechar por parte de la mayoría de los analistas. La idea de 98M de toneladas ha quedado atrás, y mientras la CONAB y el USDA hablan de 94.6M y 94.5M respectivamente, consultores privados sitúan la cosecha más cerca de los 92M como consecuencia de las sequías que vivió la zona productiva. Si bien estas bajas en rinde han propiciado algunos aumentos, no puede dejar de destacarse que en todos los casos se estaría alcanzando un nuevo record de producción para Brasil, lo que no es un dato menor. El desafío que tendrán los brasileños será la distribución de la cosecha, ya que si bien han realizado mejoras en su infraestructura en el último tiempo, son cerca de 50M de toneladas las que habrán de exportar. Sumemos a esto que el clima para el próximo mes parece indicar lluvias, lo que podría dificultar aún más los envíos.

¿Y qué sucede en nuestro país? La producción de soja argentina también apunta a un nuevo record, aunque las estimaciones no se ponen de acuerdo en el monto: el USDA indica 56M de toneladas, la BCBA 57M y la BCR 58M. El área sembrada resulta similar en todos los casos, por lo que la variación se vería en el rubro rindes. Desde el punto de vista productivo, es un muy buen año para el país, habiendo recibido lluvias que permiten el correcto desarrollo del cultivo. Sin embargo, los precios mundiales obraron en consecuencia y reflejaron esta gran cosecha mundial para el año en curso, y nuestro mercado no fue la excepción.

Respecto a los precios, esta semana observamos un pequeño resurgimiento, con valores que volvieron a rondar los 2400$/tn en el disponible al llegar el viernes. Mientras tanto, la mercadería nueva se mantuvo casi inalterable, cerrando en 237u$s/tn. Quien todavía tiene soja disponible y evalúa pasarla a la campaña próxima, debería considerar que, a valores de hoy, se necesitaría un tipo de cambio cerca a $10.20 para recibir los mismos pesos que hoy, y aún más para cubrir el costo financiero del traslado. En consecuencia, si se ha de apostar a una suba, parece más conveniente hacerlo vendiendo la disponible y comprando la mayo. A su vez, para quienes estén evaluando poner precio a la mercadería a cosechar, parece buena idea cubrir las ventas con calls, ya que podríamos encontrar algo de aire en la llegada de China a nuestro mercado o en algún inconveniente en Brasil. Por otro lado, el clima en nuestro país para marzo/abril también parece lluvioso en el pronóstico, y de concretarse retrasos en algunas entregas, el mercado podría calentarse algo más.

El maíz no presentó grandes noticias y tampoco cambios notorios en el precio. El informe del USDA aumentó el producción estimada de etanol en EE.UU. en 1.9M de toneladas, pero redujo en 0.6M el consumo animal del forrajero, ambos datos que estaban dentro del escenario esperado, y si bien los stocks finales bajaron, no fue suficiente para despertar aumentos. Esto parece estar relacionado con la situación mundial del maíz, ya que mientras los stocks mundiales se mantienen en valores altos, la producción del resto del mundo no da señales de retroceder.

En lo que a Sudamérica respecta, la producción brasileña de maíz sería de 75M de toneladas según el USDA y de 78M según la CONAB. Los temores por la producción de la segunda safra parecen disiparse, y si bien el valor final todavía presenta cierta dispersión entre ambos estudios, el monto final sigue resultando significativo.
En Argentina, mientras tanto, el USDA espera 23M de toneladas a recoger durante el 2015, a la vez que la BCR indica 23.6M de toneladas. Se puede observar una reducción en la cosecha si se la compara con el año pasado, siendo el principal factor el área sembrada. Sin embargo, estos valores son superiores a los esperados el mes pasado, y también aportan a una mayor producción mundial.

Los precios del maíz se mantuvieron relativamente estables en la semana, tanto a nivel local como internacional. El maíz disponible sigue rondando los $980 por mercadería cámara y $1000 grado 2, aunque llegando el viernes se evidenció algo más de debilidad. Parece difícil apuntar a subas en el corto plazo para el forrajero, pero podrían verse cambios con las expectativas de la siembra 15/16 en el hemisferio norte.

El trigo se llevó la peor parte del reporte ya que los stocks mundiales del mismo llegarían a valores superiores a los que descontaba el mercado. La campaña mundial del cereal ha resultado muy buena en cantidad, tal vez no tanto en calidad, y traería aparejada una fuerte competencia a nivel precio por parte de los exportadores. EE.UU. está mostrando dificultades para competir con los otros proveedores, tanto por fletes como por precio, lo que se acrecienta aún más al considerar que el dólar viene presentando señales de fortaleza. Por el momento, las ventas las domina la UE, pero cabe destacar que Egipto y Rusia estarían negociando un acuerdo para reducir los impuestos de exportación rusos para la mercadería que tenga por destino al principal importador de trigo. De concretarse, esto pondría más presión al precio mundial del cereal.

En nuestro país, el mercado de trigo continúa a la espera de novedades en el sistema de ROEs, con el experimento de la entrega de permisos a FAA por 100.000 toneladas como un paliativo sectorizado para el precio del cereal. De momento, tanto molinos como exportadores se encuentran lejos de pagar precios cercanos a los estimados teóricos, pero de darse una apertura mayor del mercado de exportación, podríamos ver un aumento de los mismos.

Por último, los días 19 y 20 de febrero tendrá lugar el Outlook Forum en los EE.UU. En el mismo se revisan las estimación de área y producción para la campaña 15/16 en el país del norte, lo que empieza a servir como termómetro de lo que el farmer estadounidense podría hacer. A priori, pareciera que el maíz podría ceder terreno a la soja, en lo que a área respecta. Si bien la campaña 14/15 todavía está en mitad del juego y nuestro foco está en la cosecha, el mundo, levemente, comienza a observar lo que vendrá. Este es un ejercicio que también nos corresponde hacer en nuestro país, tanto para la comercialización de la producción actual como para las decisiones de siembra que llegarán posteriormente.

 

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