Pan, carne y leche: cuando compramos, 1 de cada 4 pesos son impuestos

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina publicó su estudio semestral de “Composición de precios” que registra lo que pasa con los precios desde el campo a la góndola.

“Por ejemplo, en el caso del pan, el precio se multiplica 7 veces y media desde el trigo al pan que compramos. En la leche, el número se triplica. En la carne, más del 60% son costos y 28% impuestos, adelanta Natalia Ariño, Economista de FADA. ¿Sabemos cómo se llega a estos números? Esta investigación intenta develar qué es lo que pagamos cuando compramos pan, leche y carne, desglosando por eslabones y rubros.

¿Los granos tienen la “culpa”?

No, según los resultados de este informe, es un mito a derribar. El maíz representa sólo el 16% del precio final de la carne de cerdo, 23% en carne aviar, 11% en carne vacuna y 6% en leche. El trigo aporta el 13% del precio del pan. “En el último tiempo, por la guerra Rusia-Ucrania se dio un aumento de granos y erróneamente se desvía la discusión de la inflación hacia ese lado: se asocia el aumento de precios de alimentos a la suba de precios del maíz o trigo, pero esta relación no es la que determina lo que salen los productos. Este estudio demuestra que el impacto es mucho menor al que se cree”, aclara Ariño.

Entre febrero y la primera semana de abril, el precio del trigo aumentó un 30% y maíz un 10%. “Teniendo en cuenta cómo influye el grano en los alimentos, el precio que paga el consumidor por el pan francés, no debería aumentar más del 4% por “culpa” del trigo o, en el caso del maíz, no debería aumentar más del 1,6% la carne porcina, o el 2,3% la carne aviar, 0,6% la leche y 1,1% la carne bovina. Con esta información se cae el mito de que el precio lo pone el productor”, detalla Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.

“Por este motivo, restringir las exportaciones de carne, trigo o maíz, crear un fideicomiso de trigo o subir los derechos de exportación a los granos, son medidas que de ninguna manera reducen la inflación, sólo generan nuevas trabas y menores incentivos a producir. En el largo plazo, lo único que asegura que la carne, la leche o el pan sean baratos es más producción. Que haya más oferta es la única forma genuina para que un producto sea barato. Por este motivo, lo que en realidad hay que hacer es incentivar la producción, abriendo mercados, generando previsibilidad, bajando la carga tributaria. Y en el proceso se genera lo que realmente necesitamos: más trabajo y más dólares”, explica David Miazzo, Economista Jefe de FADA.

¿Cuánto pesa la mochila de los impuestos?

Los resultados del estudio de FADA, muestran un alto impacto de los impuestos en la composición del precio final.

“De lo que pagamos por la carne, leche y pan, 1 de cada 4 pesos son impuestos. Es decir, los impuestos son un cuarto del precio final que pagamos los consumidores.

En la carne de vaca el 28% del precio final son los impuestos de la cadena. En el pan francés la carga tributaria llega al 23%. El sachet de leche entera tiene una mochila impositiva del 26% de lo que pagan los consumidores. En los tres productos analizados es posible ver que 3 de cada 4 pesos de impuestos corresponden a tributos nacionales, en algunos productos incluso más.

“En momentos donde la inflación se acelera se tiende a discutir los precios, la cadena y los costos, pero en realidad el problema no es de un precio en particular sino del peso en sí mismo, nuestra moneda pierde valor de compra, el problema es mucho más amplio. Desde el equipo económico de FADA definen tres puntos para explicarlo: “Primero que tenemos un profundo déficit fiscal, segundo que esto se financia emitiendo pesos y como tercero se suma la falta de confianza, esta situación se traduce en pesos que cada vez valen menos: eso es la inflación”.

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