Las exportaciones podrían entrar en riesgo por las exigencias ambientales

Los representantes de las cadenas de valor de los cuatro principales cultivos agrícolas del país resumieron en una conferencia de prensa los desafíos conjuntos y las necesidades comunes de esta nueva etapa, para luego expresar la situación que atraviesa cada cadena en particular.

Anibal Ivancich, presidente de Maizar, dijo que: “el nuevo período post retenciones y restricciones al comercio nos obliga a trabajar en las ideas centrales por las cuales se fundó nuestra asociación: la construcción de cadenas y redes de valor altamente competitivas, con una fuerte inserción en el interior de nuestro país y proyectadas al mundo”.

“Para identificar cuáles son los factores que inciden sobre la competitividad es fundamental trabajar con los distintos eslabones que conforman la cadena del maíz y del sorgo, incluyendo sus clientes o consumidores. En un análisis metodológico y sistemático de la estrategia no alcanza con la suma de las estrategias de las empresas. Hace falta construir una estrategia común y una capacidad de coordinación entre los privados, el sector científico tecnológico, el financiamiento y el sector público”.

“Con este objetivo, estamos trabajando con los gobernadores de todas las provincias donde se desarrolla la cadena de valor del maíz y del sorgo, para colaborar en la creación de estrategias provinciales y regionales que maximicen la atracción de inversiones y el empleo. La única manera de generar empleo genuino y contribuir con los ingresos fiscales y la sustentabilidad del sistema productivo es a través de la generación de riqueza a partir del incremento en la producción de materias primas y sus subproductos. En este sentido, celebramos las declaraciones de la industria automotriz de aumentar el corte con biocombustible al 25”.

“Es clave promover nuestra presencia en los mercados mundiales y así transformarnos en un proveedor importante y confiable. En los últimos años ocurrió un cambio en las cadenas de valor pero Argentina no participó. El sector agroalimentario a nivel internacional está debatiendo otra agenda: tratados de libre comercio, mercados, desarrollo sostenible, empleo e inversión”.

“MAIZAR viene trabajando desde su fundación en la construcción del posicionamiento y la presencia internacional de la Argentina y en particular de las cadenas de valor del agro. Como parte de este trabajo, MAIZAR estuvo hace dos semanas participando de la Asamblea Anual del US Grains Council. El evento reúne a los principales líderes de las cadenas agroindustriales de ese país y del mundo con el objetivo de discutir una Agenda Estratégica para cada uno de los sectores. MAIZAR fue invitado a discutir con estos prestigiosos referentes la estrategia futura de MAIZALL, la Alianza Internacional de Maíz, fundada en el año 2013 por las asociaciones de maíz de los Estados Unidos, Brasil y Argentina con el fin de comunicar los beneficios de la agricultura moderna y los asuntos clave relacionados con la seguridad alimentaria, la producción y el comercio sostenible”.

“En Argentina existen estudios que advierten que las exportaciones del país podrían entrar en riesgo debido a las exigencias ambientales. Por lo tanto, la certificación de la sustentabilidad de los productos en un futuro a corto plazo puede convertirse en una condición necesaria de acceso a los mercados. Por este motivo, MAIZAR está llevando a cabo, con el apoyo de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), una iniciativa que permitirá calcular la Huella de Carbono de varios productos de la cadena de valor del maíz y del sorgo, partiendo de la base de las mediciones reales. Así se podrá contar con datos más acordes a la realidad en relación a las emisiones de GEI del sector agrícola. Las metodologías utilizadas para hacer los inventarios de emisiones diseñadas por el IPCC sobreestiman de forma muy desfavorable las emisiones, cuando se comparan estos datos con las mediciones reales a campo”.

“El trabajo que se viene haciendo en el plano internacional parecía irrelevante frente a los brutales obstáculos que hubo y sigue habiendo por superar en relación a la coyuntura de ROEs, retenciones, inflación, atraso cambiario y otras dificultades económicas que atraviesan los distintos sectores. Sin embargo, puede ser ahora el foco de atracción de flujos de inversiones hacia una Argentina que disminuya los costos de transacción y desarrolle la competitividad de sus cadenas de valor, para que así pueda volver a colocar sus productos en el mundo y contribuir a la seguridad alimentaria global y a la generación de empleo y oportunidades para cada uno de los habitantes del país”.

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