“Cuando uno quiera cambiar el celular, una notebook o un repuesto de un vehículo importado entre febrero y mayo, no lo encontrará”

El titular de CIARA advierte que la sociedad aún no visualiza la relación directa que hay entre el campo y la economía

La liquidación de divisas se reduciría en al menos u$s7.000 millones. Las primeras estimaciones dicen que el sector agroindustrial ingresaría unos u$s33.350 millones, contra los u$s40.500 millones del año pasado, una caída del 17,5%.

La Bolsa de Comercio de Rosario precisó que en base a los precios y volúmenes proyectados actualmente para el 2023, se prevén exportaciones de granos y derivados por u$s37.500 millones, casi u$s4.000 millones menos que en 2022. Diferente es la liquidación de divisas que depende de los dólares que las empresas agroexportadoras ingresan al mercado de cambios y allí el valor sería de u$s33.500 millones para el año calendario.

En diálogo con Ambito Financiero, Gustavo Idígoras, de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, dijo que “cuando uno quiera cambiar el celular, una notebook o un televisor o quiera un repuesto de un vehículo que sea importado entre febrero y mayo no lo encuentre, no porque el fabricante no lo quiera, sino porque no estarán los dólares para comprarlos”. “Hay una relación muy directa entre el campo y la economía que a veces la sociedad, sobre todo urbana, no visualiza”, evaluó el ejecutivo. En definitiva, la seca la sufrimos todos.

Industria con capacidad ociosa

Para Idígoras, es un tema “central y crítico, por los efectos macroeconómicos para el país”. “Nuestra producción de soja lleva 10 años estancada cuando en EE.UU. creció 35% y en Brasil 100%, porque el mundo demanda más harinas y aceites”, le dijo el titular de CIARA a Ambito Financiero. “En Argentina perdimos lo mismo que el país le debe al FMI sólo por la falta de crecimiento de la producción de soja”, lamentó. “La capacidad ociosa lleva a que tengamos muchos costos internos que cubrir y sin stocks, y cuando se anticipan las ventas de soja, como pasó ahora, lo que va a ocurrir a principios de año será una situación de un ritmo de venta extremadamente bajo”.

Verano complejo

“Por la sequía perdimos 10 millones de toneladas de trigo de las cuales entre 6 y 7 eran de exportación, pero también perdimos el maíz de primera que eran 8 millones de toneladas de exportación que cubrían la necesidad de dólares entre marzo y abril”, explicó Idígoras. Ahora, dijo que “estamos cruzando los dedos para que el régimen de lluvias sea bueno y tengamos una soja que, aunque sea tardía pueda ser sembrada en la mayor cantidad de superficie posible, pero mientras tanto, vamos a tener cuatro meses duros y críticos por falta de mercadería y eso va a impactar fuertemente en la Argentina”.

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