¿Cómo recuperar la productividad de la soja?

El incremento de superficie de la soja de segunda diluye el incremento del promedio nacional de rendimiento. Recomendaciones para achicar la brecha de rendimientos.

Estos temas fueron abordados por Octavio Caviglia, de UNER-CONICET, en el Panel “Tendencias en el manejo del cultivo de soja”, durante el Seminario Anual de Acsoja, realizado el jueves 22 de septiembre en Rosario.

En los últimos años, en Argentina el área sembrada con soja se redujo en 4.5 mill/ha y también ocurrió un estancamiento en la productividad. Entre otras cuestiones, los menores rendimientos se explicaron principalmente por el cambio que se dio en el manejo del cultivo por fecha de siembra (temprana o tardía, o de segunda -luego de la cosecha de trigo-). Así, la superficie de soja de siembra temprana o de 1ra, que permite un mayor crecimiento del cultivo y arroja mejores resultados, fue disminuyendo y actualmente se da que un mayor porcentaje de productores realizan siembras tardías y de 2da, con menores rindes y poco progreso en los mismos.

“En 2010, sólo 10% era soja de 2da, ahora estamos cerca del 40%, aunque varía según zona, relacionado a la superficie de trigo”, explicó el ingeniero agrónomo de UNER-CONICET, Octavio Caviglia, en el Seminario Acsoja 2022, que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario el pasado jueves 22 de septiembre.

Caviglia estuvo a cargo de la conferencia “Tendencias en el manejo del cultivo de soja”, que contó con la moderación de Rodolfo Rossi, miembro del Comité Ejecutivo de Acsoja. La brecha es la diferencia entre el potencial productivo al que se puede aspirar y el logrado, que va a estar condicionado por el agua y otros factores limitantes, como los nutrientes y el manejo del productor.

La brecha estimada para la soja en Argentina es de 1.260 kilos por hectárea y es considerada entre media y corta (menor que en Brasil es y mayor que en Estados Unidos) con una gran variación según las zonas. Por ejemplo, en el Norte es de hasta 50%, mientras que en la Región Agrícola Núcleo el promedio de la brecha es de 25%.

Relacionado con las fechas de siembra, Caviglia indicó que “la soja de 1ra sigue mejorando en 24 kg/ha/año en rindes; mientras que la de 2da está planchada y no evoluciona”. Agregó que “cuando aumenta la falta de agua (sequía), la brecha de rinde es menor; en cambio, en buenas condiciones de humedad, la brecha aumenta. Es decir, que es menor cuando el agua es un factor poco limitante”.

El especialista del Conicet enumeró que los “impulsores más importantes” de los rendimientos reales de la soja de 1ra son la fecha de siembra, la elección del genotipo, el nivel del fósforo del suelo y la napa. En la soja de 2ª, los “impulsores” son el uso de fungicidas, la fertilización con fósforo y la fecha de siembra.

En ambos sistemas de manejo, “la rotación de cultivos, la fertilización balanceada y el manejo del suelo son también importantes impulsores de los rindes”.

A la hora de las recomendaciones, Caviglia destacó que dado el incremento de la superficie de soja como segundo cultivo (siguiendo al trigo), para achicar la brecha hay que ajustar el manejo principalmente con “el estudio de las brechas de nutrientes y de productividad del agua”.

Graficó que achicar la brecha de la nutrición puede tener un impacto positivo de hasta 400 kg/ha. En cambio, el aporte que puede realizar el uso de paquetes de altos insumos “puede ser moderado”.

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