Claves para la ganaderia en el NEA

Con pronósticos que prevén un fenómeno de El Niño con una intensidad superior a la normal, técnicos de las unidades del INTA en el NEA detallan recomendaciones para el manejo del ganado durante épocas de excesos hídricos para el este del Chaco, Corrientes y Misiones. Manejo de pasturas, suplementación y sanidad animal, claves para minimizar las pérdidas en los rodeos.

Diana Piedra, directora del Centro Regional Chaco-Formosa del INTA, señaló que el este de las provincias de Chaco y Formosa es frecuentemente afectado por las crecientes de los grandes ríos Paraná y Paraguay. Por esto, “desarrollamos un protocolo para el manejo del ganado de acuerdo a la intensidad de las crecientes, a su duración y a la ocurrencia de las lluvias”.

Según la duración, uno de los principales efectos que tendrá este fenómeno será la destrucción de la base forrajera. “En esta época del año, si el evento es de corta duración, la base forrajera se recuperará en un período de 30 a 60 días y, es posible, que los campos que cuentan con especies megatérmicas se recompongan antes del próximo periodo invernal”, expresó Piedra quien advirtió que “si la emergencia fuera de larga duración, o se produjeran lluvias abundantes en otoño, la crisis forrajera puede ser grave a muy grave para el próximo invierno”.

Sin embargo, Piedra destacó que “es fundamental hacer un diagnóstico de la situación de cada lote en función del tipo, grado (profundidad, saturación) y duración de los excesos hídricos, clase de pastura y condición productiva de la misma luego de la inundación”.

Para minimizar las pérdidas por las inundaciones, es necesario un reajuste de carga y del manejo del pastoreo, priorizar las categorías animales y combinar los recursos forrajeros disponibles. En general, la movilización de animales es parcial debido a que, para hacerlo, es necesario contar con lugares altos y prever la sobrecarga de los potreros.

En este sentido, Juan José Verdoljak, jefe del grupo de ganadería subtropical del INTA Corrientes, señaló que “la primera medida es realizar un buen diagnóstico del establecimiento y del rodeo”. Entre los puntos a tener en cuenta, se encuentran evaluar el grado de anegamiento y daño de los potreros e instalaciones, detectar e inspeccionar lugares altos y analizar el estado en que se encuentra el forraje en los distintos potreros.

En la región, días fríos durante la primavera afectaron los rebrotes de las pasturas, lo que determinó que su disponibilidad y calidad sean bajas. En este sentido, un documento elaborado por técnicos del INTA Colonia Benítez –Chaco–, determinó que debido a esto “el estado corporal de la hacienda es bajo, especialmente en vacas con ternero al pie”.

De acuerdo con el informe, en la elección de los alimentos se deben priorizar aquellos que presenten alta concentración de proteína y energía. Así, el volumen de alimento a trasladar es menor y favorece la distribución de las raciones. A menudo los alimentos fibrosos, como los rollos de heno, son difíciles y caros de transportar, se producen desperdicios y suelen resultar la alternativa más cara.

Entre las principales recomendaciones se detallan: “Disponer los comederos cada 30 a 50 centímetros, para disminuir la competencia entre animales y posibilitar un consumo más uniforme del alimento; el suministro de la raciones debe ser diario, en situaciones más complicadas, se puede hacer día por medio con el doble de la ración diaria”.

Manejo sanitario

En general, los rodeos bovinos localizados en campos inundados sufren los efectos del estrés producido por el transporte, cambio de campo, hacinamiento y deficiencias nutricionales. Además, esta situación constituye un medio favorable para la difusión de enfermedades infecciosas, parasitarias, metabólicas y tóxicas.

Para los técnicos del INTA Colonia Benítez, es fundamental tomar medidas preventivas para evitar que aumenten los casos de animales enfermos o muertos.

Según el documento, “se debe mantener e incluso reforzar el plan sanitario recomendado por Senasa, INTA y profesionales veterinarios privados competentes. Es importante observar y recorrer más frecuentemente los potreros, a fin de detectar precozmente la aparición de algún problema sanitario y evitar la difusión de alguna enfermedad”.

Más allá de las afecciones bacterianas, virales y los parásitos, otro problema sanitario a considerar en los bovinos es la posibilidad de intoxicación por plantas. “Se aconseja verificar la presencia de mio-mio y duraznillo negro en los potreros donde se traslade la hacienda”, señalaron técnicos del INTA y explicaron que “muchas veces no son conocidas por los animales trasladados y, a causa del sobrepastoreo o escasez de otros recursos, las consumen y se desencadena la intoxicación”.

Asimismo, las condiciones climáticas –temperatura, humedad y precipitaciones superiores a lo normal– favorecen que parte del ciclo del parásito que provoca la gastroenteritis verminosa de los rumiantes, se acelere.

Miguel Da Luz, especialista en sanidad animal del INTA Cerro Azul –Misiones–, explicó que “en este contexto, las pasturas pueden presentar un mayor número de larvas infectantes”. Y agregó: “Para evitar el desarrollo de la enfermedad se recomienda que el productor consulte a su médico veterinario para adecuar los tratamientos antiparasitarios”. (Fuente: Inta)

 
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