Textil, calzado y automotriz, los más complicados

La negociación por el bono y el aumento salarial de fin de año sigue levantando polvareda y trayendo más opiniones. En este caso, el industrial José Ignacio de Mendiguren, expuso la situación de su sector en el que observa rubros en desigualdad de condiciones: “No podemos hablar de una medida generalizada. Hay algunos que pueden pagar un bono, pero otros se encuentran con que el costo salarial representa un 70% de los totales”. Mientras tanto, el gobierno convocó a una Mesa para la Producción y el Trabajo para el próximo miércoles, en la que se sentará a negociar con empresarios y sindicalistas.

Mendiguren dialogó con ON24 en el marco del coloquio de IDEA, en Mar del Plata. Con respecto a la propuesta de diálogo impulsada desde el Ejecutivo, expresó que “permitirá tener un panorama más amplio”. Por otro lado, criticó: “Era algo a lo que el gobierno le tenía miedo, pero que debía hacer”. Mientras tanto, dijo que aguardará los resultados que surjan de dicha reunión que se anunció a través del decreto 1092. En el mismo se expresó que tendrá por objetivo debatir sobre “la creación de empleo, la protección del valor adquisitivo del salario y el crecimiento de la producción”.

Según el abogado y político, los sectores más complicados para pagar el bono son el textil, el de calzado y el automotriz. Por otro lado, aclaró: “El que mejor sabe si puede o no pedir el bono es el mismo gremio. Se está dando una negociación muy importante con una preocupación que es de todos, que es no perder poder adquisitivo”. A esta consigna, sumó la previsión de un 2017 en el que el mercado interno tendrá un rol central.

Más tarde hizo referencia a su otra preocupación central, que es la preservación del empleo. Según Mendiguren, las importaciones impactaron con fuerza en el mercado: “Cuando se liberaron los DJAIs, se generaron altísimos stocks que todavía estamos digiriendo. Hay algunos productos a precios de remate”. Si bien desmintió que exista una “avalancha de importaciones”, puntualizó que el shock se potenció por la recesión. “Cuando sube la importación en un momento en que cae el nivel de actividad, el impacto se siente el doble. Además cuando se tienen los problemas de empleo y pobreza que tenemos, no podemos relegar ni un solo puesto de trabajo”, expresó.

Finalmente, se refirió a la perspectiva para el próximo año. Su augurio es de un crecimiento del 2% para el sector industrial, aunque concluyó: “Necesitamos un 3,5 o un 4%, los incrementos menores no se sienten”.

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