“El principal cambio sería ir al libre comercio”

“Argentina tiene que cambiar 180 grados y el principal cambio sería ir al libre comercio absoluto con el mundo”. Así de contundente fue el economista José Luis Espert, en diálogo con A Fondo LT8, en los días previos a su presentación en Fundación Libertad de su primer libro “La Argentina Devorada”.

La actividad será el jueves 1° de junio a las 18 horas en la sede de la institución rosarina, ubicada en Mitre 170, donde, tras la presentación, el autor estará disponible para firmar los ejemplares, según se informó desde la organización.

A modo de resumen, Espert indicó que “los cambios que yo propongo en el libro son los que hay que hacer para parecernos a países exitosos, como Nueva Zelanda, Australia o Chile”. Y agregó: “Argentina es el país más cerrado al comercio del mundo, es el país número 1 en costos laborales y es también el número 1 en gravar el consumo”.

En ese sentido, el economista afirmó que hoy en día “la política vive de los impuestos al consumo más altos del mundo, los sindicatos mafiosos viven de los impuestos laborales más altos del mundo y los empresarios prebendarios viven de la economía más cerrada del mundo”.

Para Espert, “no hay manera de crecer sostenidamente en el largo plazo y a tasas altas, si no es con mejoras en la productividad”, y para ello, dijo, “la apertura al comercio es clave”. En ese sentido, fue crítico con Ignacio De Mendiguren (actual diputado nacional por el Frente Renovador), quien aseguró “es el mejor lobista que tiene el proteccionismo argentino; defiende el proteccionismo más rancio”.

Por otra parte, también se refirió a la reforma tributaria que impulsa el gobierno nacional y sostuvo: “La primera cosa que hay que hacer en Argentina es bajar impuestos y eso con el peor déficit fiscal de la historia, como hay hoy, de 8 puntos del producto, no lo podés hacer. Por lo tanto, la causa del déficit, que es lo que impide hacer una verdadera reforma impositiva, es el gasto público, que es 17 puntos más alto que el que teníamos en el año 2002. Entonces, si no hay una decisión estratégica consensuada de bajar el gasto público, cualquier reforma impositiva es humo”.

REDACCIÓN ON24

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