Cuando un amigo se va

Cuando el amigo es Rogelio Pontón, no se va nada, todo queda. Cuando fue compañero en Facultad, queda. Cuando enseñó a alumnos de todas las edades las escuelas económicas,queda. Cuando dictaba clases en La Fundación, queda. Cuando ejercía de economista en La Bolsa de Comercio, queda. Cuando era Decano y Rector de UCEL, queda. Cuando fue nexo económico entre lo público y privado, queda. Cuando fue redactor de numerosas publicaciones, para instituciones publicas y privadas, queda. Cuando ejerció múltiples representaciones de instituciones en el interior y en el exterior, queda. Cuando discutía con fervor sus ideales políticos y religiosos, queda. Cuando se trata de prestar servicios y ayuda a terceros, queda. Cuando festejábamos empleados y directivos algún aniversario, queda. Cuando se lucía cantando chamamé, queda.
 
Rogelio no se va, queda. Quedará para siempre en todas las personas que lo pudieron conocer. Derramó tantas enseñanzas en nuestra ciudad de Rosario, como quizás ningún otro lo haya hecho. Rogelio, te quiero.
 
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