Dan vergüenza…

Hoy vuelve a retumbar pero con más fuerza,  la frase de años anteriores;  “que se vayan todos”… pero de verdad.

Nadie desde aquel sentimiento generalizado, ha dado un paso al costado, nadie ha tenido un gesto, una actitud, un acto de grandeza… por el contrario se fueron re ubicando en otros distintos puestos, yendo y viniendo, pululando por diferentes cargos, con mayor o menor exposición, pero sin dejar de estar prendidos de la torta… de uno y otro lado.

Millones de argentinos, especialmente los del interior del país, estamos presenciando un verdadero y patético circo romano en el ombligo del mundo, en Buenos Aires.

Personas de cualquier edad, jóvenes y adultos comprometidos con sus valores, con sus orígenes, con su sana educación de bien; de provincias alejadas por miles de kilómetros de todo ese mundo satirizado pero tristemente real;  que tienen que trabajar muchas horas para que alcance el dinero e intentar llevar algo a sus casas ante la humillante realidad que otros discuten y deciden ahí… en Buenos Aires.

Sabiendo es que las acciones del Gobierno Nacional, son muy compicadas de analizar y explicar, con decisiones y situaciones totalmente descabelladas y desopilantes… la oposición por su parte que entra en ese juego perverso que propone el oficialsmo, es allí donde se genera “la función”.

Acusaciones y amenazas de innumerable cantidad de protagonistas de todas las posiciones; políticos, profesionales, periodistas, inocentes ciudadanos víctimas de la locura a que las han arrastrado; voces a favor y en contra, mostrando un espectáculo desagradable, inimaginable para una sociedad sufrida que quiere tener dignidad.

Estamos siendo también el comentario internacional y no precisamente por lo bueno, donde la Presidente está al menos “sospechada” de haber acumulado la mayor riqueza de la historia de un político de este país, del ir por todo y por todos, donde el vicepresidente se encuentra  a punto de comenzar un juicio oral por corrupción, donde hay asesinatos siempre sin develar, (hagan un ejercicio de memoria del último culpable de algún caso relevante, cualquiera sea, corrupción, muerte, etc… no hay), un Congreso que solo representa a un sector y se pelea como perro y gato por sus propios intereses con el otro.

Ese otro sector, la oposición, que AHORA sale a denunciar fuerte, y apuntar todos los macabros engaños oficiales. Ahora saltan, ahora hablan?, demostrando durante todo este período que sus intereses y ambiciones personales e individuales siempre estuvieron por encima de la grandeza de la Patria. Este gobierno hace 10 años que está en el poder, abusando del poder; una década, y cuando está por finalizar el mandato; se escuchan ahora, a algunos políticos opositores, que navegaron por la más triste mediocridad de la nebulosa, acusando y opinando envalentonados como los más pulcros, y honestos de la tierra?. Por qué no lo hicieron antes?. O es que ahora quieren quedar bien ante las cámaras para “sus” próximas elecciones…

Tantos casos se han escuchado, tantos visto por televisión, tantos cruces creíbles de uno y otro lado, como geniales actores de Hollywood; pero dando como resultado la nada misma.

Depender de un puñado de 300, 400, no sé cuántos dirigentes concentrados en una especie de Coliseo romano argentino, en su punto más crítico del espectáculo.

Que pocos valores, cuanta sospecha, cuanta corrupción, y cuanto descreimiento han logrado. Que bajo hemos caído para que destaquemos a tal o cual candidato solo por su honestidad, y por no su capacidad, inteligencia y sacrificio, sin pertenecer al asqueroso círculo de políticos de todos estos años de democracia en nuestro país (excepción de unos muy pocos).

A que decadencia cultural nos han llevado. Saltando como ovejas el cerco yendo de un partido a otro, renunciando a ideologías, creando unibloques, ubicándose por intereses mezquinos, políticos que fueron en una lista elegidos por los ciudadanos; y que después no se acuerdan por qué están allí ni por supuesto representando a quienes.

Claro, siempre en todo orden de la vida, en cualquier ámbito, estarán los justos, los valientes, los “sanos”, los justicieros de la verdad. Triste es la realidad de saber que son los menos en esta Argentina de hoy, y por eso caen en una trampa sin salida, ante una sociedad anestesiada y espectadora de una horrible función dramática. 

Esta clase política nos está llevando al sentimiento de la bronca, al resentimiento, a la indignación, al desgaste moral; en vez de conducirnos a la paz, armonía, tranquilidad, previsibilidad, reglas de juego, institucionalidad, a volver a creer, a crecer felices, seguros. Muy lejos ha quedado todo eso.

El sentido de la historia indica que llega un momento en que los gobernantes han de dar cuenta de la realidad de sus acciones. El reclamo se hizo sentir y la demanda no se puede tapar más. 

Dan vergüenza…

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