Asma Alérgica: Prevención y Tratamiento

Te acercamos otro artículo para compartir con vos en el Día Mundial del Asma. En esta oportunidad la Dra. Cecilia Cavallo, integrante del Servicio de Alergia de Grupo Gamma, nos acerca información sobre el Asma Alérgica.

El Asma es una enfermedad obstructiva crónica inflamatoria de las vías aéreas. Provoca episodios recurrentes de sibilancias (chillidos), falta de aire al respirar, sensación de opresión de pecho y tos. Estos síntomas pueden variar en frecuencia e intensidad.

Existen diferentes factores asociados:

-Predisponentes: Atopía es decir, antecedente de enfermedades alérgicas.
-Causales: la exposición a agentes como ácaros domésticos, alérgenos de animales, alérgenos de cucarachas, hongos y pólenes. En otros casos, pueden ser causadas directamente por el ejercicio físico, por infecciones respiratorias o por medicamentos como los antiinflamatorios del tipo de la aspirina.

Los alérgenos relacionados con el Asma Alérgica son los mismos que causan Rinitis. El diagnóstico de la alergia responsable del asma se establece mediante pruebas cutáneas con los posibles alérgenos causales, que indicará el alergólogo según la historia de la enfermedad.

Tratamiento

El tratamiento apropiado del Asma Alérgica consiste inicialmente en evitar la exposición a los alérgenos causales. Es importante que el médico brinde educación al paciente y su familia, se escriba el plan de acción farmacológico y no farmacológico; que el paciente reconozca precozmente los síntomas y que recuerde los desencadenantes para evitarlos.

Medidas de Prevención

-Si usted está embarazada no fume.
-Evitar el humo de tabaco ambiental.
-Evitar la exposición excesiva a los mohos y humedad en la casa.
-No deje entrar a las mascotas a los dormitorios.
-Evitar las alfombras en los dormitorios.
-Utilizar aire acondicionado o un deshumidificador para reducir la humedad en el ambiente.
-Reemplazar las cortinas con persianas u otro tipo de coberturas para ventanas que se puedan limpiar.
-Recubrir almohadas y colchones con fundas impermeables a los alérgenos.
-Reemplazar la ropa de cama de lana o de plumas con materiales sintéticos que se pueden lavar frecuentemente con agua caliente.
-Utilizar trapo húmedo para limpiar el polvo, no plumero.
-Pasar con regularidad una aspiradora que contenga un filtro HEPA o una bolsa con doble microfiltro (evitar usar la aspiradora cuando el paciente asmático esté en la habitación).
-Lavar con agua caliente y secar bien los juguetes de peluche o congelarlos, cada semana.
-Suprimir o evitar algunos factores desencadenantes puede, a largo plazo, disminuir la inflamación y la hiperreactividad de las vías respiratorias.

Medicación

El empleo de medicación es siempre necesario para controlar los síntomas y consiste en la aplicación de fármacos inhalados de manera preventiva o de rescate que revierten el estrechamiento del bronquio y reducen la inflamación. Es importante el control periódico con su neumonólogo o alergista para vigilancia de la medicación extractos alergénicos.

La administración de inmunoterapia con extractos alergénicos, comúnmente conocida como “vacunas de alergia” está indicada en la mayoría de los casos, ya que esta terapia es la única que consigue reducir el curso natural de la enfermedad alérgica. Consiste en la administración de concentraciones progresivamente crecientes de un alérgeno, hasta alcanzar una dosis máxima preestablecida, que se puede mantener durante un periodo aproximado de 3 a 5 años. Actualmente, las pautas de dosificación difieren según la indicación, el tipo de extracto y la vía de administración. Se valora de forma individualizada la composición del extracto así como la pauta de administración.

En general, la inmunoterapia está indicada en casos de alergia respiratoria a pólenes, ácaros, hongos y derivados epidérmicos como pelo de gato y perro.

La administración de la inmunoterapia puede realizarse por vía subcutánea o sublingual. En ambos casos, se diferencian dos fases: iniciación y mantenimiento. La fase de iniciación corresponde al período en el que las dosis aumentan progresivamente; mientras que la fase de mantenimiento o continuación corresponde a la dosis máxima alcanzada que se administra a intervalos regulares.

Fuente: Cavallo Maria Cecilia, Alergia

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