Pasó Cayetana y no lo hizo callada

Por Roberto A. Vázquez Ferreyra

En estos días, en todas las redes sociales aparecieron fotos de la diputada española del Partido Popular (PP) Cayetana Álvarez de Toledo, que fueron registradas durante su visita a nuestro país luego de pasar por Chile. Hubo notas periodísticas y hasta un soleado almuerzo en la casa de Mauricio Macri, acompañados entre otros por el Nobel Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro, el Presidente de la Fundación Libertad Gerardo Bongiovanni y algunos líderes políticos de la oposición. Entre otras actividades en Argentina, participó de un panel organizado por la Fundación Libertad, en el que intervinieron además Ricardo López Murphy, Álvaro Vargas Llosa y Pedro Cateriano, y Alejandro Bongiovanni como moderador.

Más allá de su elegante figura y de su atractiva voz con acento español pero marcadamente influenciado por la sangre argentina que corre por sus venas, nos encontramos con una mujer que debería ser estandarte de los movimientos feministas.  Es que Cayetana con cupo o sin cupo está preparada para los primeros lugares en cualquier actividad a la que se dedique. Pero más allá de la nota pintoresca se hace preciso detenernos en los aspectos esenciales de su visita, y no son otros que los mensajes que dejó.  Al escucharla -o leerla- uno enseguida advierte su sólida y actualizada formación, propia de una doctora en historia por la Universidad de Oxford, su claridad de conceptos y la forma magistral en que los transmite. Más allá de sus frases como que el Presidente Fernández es un Pelele -persona simple o inútil según diccionario de la RAE-, o que si muchos dirigentes políticos o funcionarios fueran a buscar empleo en una empresa privada, seguramente no pasarían la primera entrevista, debemos detenernos en sus pensamientos y expresiones más profundas. Así por ejemplo, se muestra favorable al triunfo de las convicciones sobre el tacticismo, lo que me trae a la memoria la triste conducta de algunos concejales presuntamente liberales homenajeando al Che Guevara. Y en este camino no se cansa de alertar sobre lo peligroso del movimiento identitarista propiciado por las fuerzas de izquierda, y a lo que muchos por distracción, ignorancia o corrección política desconocen, apoyan o se hacen los distraídos. Califica a la identidad como la gasolina del separatismo y al separatismo como la identidad de nuestro tiempo, para lo que bastaría ver el conflicto Mapuche, típico conflicto identitario. Como señala en su libro, el relato de la izquierda destruido en los gulags y sepultado bajo los escombros del ignominioso muro de Berlín, ahora cobra vida a través del flagelo identitario con el que quieren arrasar las conquistas de la humanidad en beneficio de la libertad. Todo esto se entronca con la cultura de la cancelación, ya que cualquier comentario contrario al mensaje identitario puede acarrear la muerte civil hoy llamada cancelación.  En definitiva, todo hace a la batalla cultural que a nuestro criterio es la madre de todas las batallas, más allá de que gran parte de la dirigencia política no sepa ni de qué se trata.  La naturaleza de esta colaboración impide un mayor desarrollo de estas cuestiones, por lo que mi intención es simplemente llamar la atención, y en todo caso remitirme al libro recientemente publicado por Cayetana cuyo título lo dice todo “Políticamente indeseable”.   Con todo acierto califica al populismo no como una forma de hacer política, sino que es la antipolítica y la destrucción de ella desde su interior. Para luchar contra ello es imperioso que la oposición cuente con un proyecto claro e identificable que los propios argentinos puedan comprender y compartir. Cierro citando un párrafo de la obra: “Sólo cuando los políticos digamos en público lo mismo que afirmamos en privado, sólo cuando reconozcamos la degradación de nuestro oficio, sólo cuando nos veamos retratados en el implacable espejo de los hechos, sólo entonces seremos capaces de rescatar la democracia de las sucias mandíbulas del populismo”, y como tan gentilmente escribió su dedicatoria en mi ejemplar … “porque lo deseable es posible”.

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