Barajar y dar de nuevo para el campo

Precios menores para los granos consecuencia de un escenario internacional de sobre-oferta contrastan contra vientos de cambio y renovadas esperanzas para el productor local tras la confirmación del escenario de ballotage a nivel nacional. El campo será una agenda obligada del próximo gobierno.

Momentos de definiciones para el sector. Finalmente se confirmó que habrá segunda vuelta en las elecciones presidenciales en la Argentina, y el sector parece descontar que quien resulte el futuro presidente tomará finalmente medidas tendientes a corregir los fuertes desequilibrios en la macro argentina (financiamiento, atraso cambiario, falta de infraestructura, etc). Los 28 días que restan hasta el ballotage serán 28 rounds decisivos y uno de éstos será – sin lugar a dudas – el de la política agrícola, junto con los restantes sectores productivos del país. El agro, sector postergado por la gestión actual será una carta fuerte para cualquiera de los candidatos que quiera construir una posición competitiva. Tipo de cambio y retenciones, los puntos críticos.

En las últimas semanas, el dólar siguió siendo el centro de atención. El atraso cambiario del tipo de cambio oficial y la fuerte demanda de dólares volvió a impulsar la brecha cambiaria a niveles cercanos al 70%. Es sabido que el Banco Central tiene una imperiosa necesidad de revertir pérdida sistemática de reservas internacionales y el campo es el principal aportante de divisas. Por eso son importante las señales de cambio que se den para el sector. En momentos donde los precios futuros se mantienen estables y siguen arrojando quebrantos bajo estas condiciones de comercialización para trigo, maíz, pero también en muchas áreas sojeras, especialmente las regiones más alejadas de los puertos, los resultados de la próxima campaña agrícola serán definidos en mayor medida en los despachos ministeriales antes que en las variables agronómicas.

Desde el punto de vista climático, las lluvias que se esperan para las próximas semanas acelerarán el inicio de los trabajos de soja y maíz. Sobre todo luego de las renovadas expectativas que el inicio de un nuevo ciclo político genera en el productor que será un bastión fundamental para recuperar la economía nacional. Por otra parte, las demoras en el incremento de temperaturas medias propias de la primavera están actuando en forma beneficiosa para los rindes del trigo.Si se conjuga una señal favorable en los precios (desde la decisión política) a buenos rindes, quienes decidieron de todos modos apostar al cereal podrán encontrar un premio tras el periplo. Vale recordar que la siembra de trigo en la presente campaña es comparable con la frontera de hace un siglo. Ni más, ni menos.

Se espera que el área de siembra de soja ronde las 20 millones de hectáreas, manteniendo la extensión respecto a las últimas campañas. En tanto para el caso del maíz y el trigo, es probable que apostando a las expectativas de cambio, quita de derechos de exportación, nuevo esquema de comercialización y mejora en el tipo de cambio, se reflejen en un incremento que no estaba previsto en las intenciones de siembra.

En definitiva, si bien los menores precios internacionales para los granos ya son una realidad, el país tiene margen para encontrar soluciones que permitan recuperar la prosperidad y sustentabilidad del negocio, bajo un nuevo esquema tributario y comercial que permita lograr la competencia necesaria entre consumo y exportación. A barajar y dar de nuevo. Sabiendo que esta vez, nadie tiene las cartas marcadas.

Por Lic. Adriano Mandolesi / Economista / Consultor de Empresas.

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