Difícil que Argentina sea Venezuela

¿Es preocupante que haya alguien de La Cámpora en Anses?

Por Miguel Angel Boggiano 

Cada vez que hablo con inversores aparece el mismo fantasma: ¿puede Argentina transformarse en Venezuela? Hay miedo a expropiaciones y al avance del Estado sobre las libertades individuales, justificado por la irrupción de una pandemia.

Para escribir esta nota hablé con distintos amigos y empresarios que han vivido en Venezuela desde hace más de 20 años y vieron la metamorfosis en primera fila. 

En cualquier caso, no hay certezas. Y si releen el título, verán que dice “difícil”, no “imposible”. Como tantas cosas en la vida, es una cuestión de probabilidades.

Veamos entonces.

1.- La estructura económica

Al estatizar el petróleo, Chávez se adueñó del 95% del ingreso de Venezuela. Por otro lado, en Argentina el campo representa el 60% del valor de las exportaciones entre productos primarios y manufacturas.

Pero hay una diferencia sustancial entre la industria petrolera y la agropecuaria.

Venezuela tiene una economía extractiva. El petróleo ya está ahí y sólo hay que extraerlo, almacenarlo, transportarlo y venderlo. 

La Argentina, por su parte, tiene una economía productiva. No alcanzaría con expropiar “al campo” porque alguien se tiene que poner a trabajar con la tierra y los animales. La producción agropecuaria es definitivamente más intensiva en trabajo que la petrolera. 

Sería muy difícil para el gobierno argentino estatizar todo el sector y continuar produciendo en niveles razonables. ¿Alguien cree que los dueños de los campos querrían producir si les estatizan sus propiedades? ¿Producirían Grabois y los chicos de la Cámpora? 

Pensemos que el Estado debería hacerse cargo de sembrar y cosechar la soja, el trigo, el maíz; se debería hacer cargo de alimentar y cuidar al ganado; se debería hacer cargo de los tambos. Todo esto resulta ridículo conociendo la “eficiencia” y la “capacidad de gestión” que muestran los organismos públicos.

En Venezuela, el deterioro de la industria petrolera llevó varios años. En Argentina, el colapso podría ser casi inmediato. Una vez más: en Venezuela fue relativamente fácil para Chávez controlar la economía porque la industria petrolera es extractiva. En la Argentina esto no es replicable.

2.- Estructuras militares, sindicales y sociales

Otra diferencia fundamental entre Venezuela y Argentina es la naturaleza de la construcción que llevó a Chávez al poder.

Él era militar y entendía cómo funcionaban las estructuras militares. A lo largo de los años fue excluyendo a todos los que pensaban distinto dentro de las fuerzas armadas y favoreció el ascenso de gente joven adoctrinada con su ideología política.

Por otra parte, en Venezuela no había una fuerza sindical que pudiera hacer oposición a determinadas medidas del gobierno.

En Argentina, el kirchnerismo tomó, desde su inicio, una postura claramente “anti” fuerzas armadas. Y en cualquier caso, los militares de Argentina no tienen ni remotamente la concentración de poder que tienen en Venezuela.

De manera tardía y mal ejecutada, el último gobierno de Cristina Kirchner intentó el apoyo y control de los militares con el ascenso de César Milani como Jefe del Estado Mayor del Ejército, algo que fue un rotundo fracaso.

A esto debemos sumar que en Argentina las estructuras sindicales y civiles tienen peso propio, y una mayor capacidad para oponerse a los intentos de avasallar los derechos de los ciudadanos. En Venezuela no hay clase media y la pobreza, que hoy se estima en el 90%, hace 20 años era del 70%.

3.- Se necesita mucho dinero para tomar el control de un país

Chávez se apropió del petróleo venezolano cuando los precios estaban por las nubes. Disfrutó en la mayor parte de su gobierno de precios entre U$S100 y U$S120 por barril. Debe quedar claro que con el barril por debajo de los U$S20, Maduro es un “pobre” más.

Además, Chávez contaba con el apoyo y financiamiento de socios como Irán, China y Rusia que hoy tienen otras preocupaciones.

Los precios de los commodities están por el suelo, y el contexto internacional, con la crisis desatada por la pandemia, hace que no haya dinero para nadie. Las grandes potencias concentran todo su esfuerzo en financiar y estimular sus propias economías. 

Chávez logró consolidarse porque contaba con mucho dinero. La Argentina está quebrada: no hay ahorros, no hay financiamiento, y no hay cómo recaudar. Sólo queda emitir de forma espúrea.

Conclusión

Hay muchos elementos que hacen muy difícil que veamos en Argentina una situación similar a la vivida en Venezuela. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya una intención manifiesta por parte de algunos políticos de avanzar sobre las libertades individuales y la propiedad privada.

De hecho, el kirchnerismo comparte la misma visión del mundo que tiene el chavismo. Si pudieran quedarse en el poder por siempre, lo harían sin dudar.

¿Es preocupante que haya alguien de La Cámpora en Anses? En cuanto a caja, hay que entender que Anses no tiene un centavo. Todo lo que entra es para pagar jubilaciones (y de hecho, no le alcanza y necesita de la recaudación del impuesto al cheque). Podrán decir que Anses tiene un stock importante en acciones y bonos, pero es sólo contable y no tiene modo concreto de transformarlo en dinero. 

Llegado el caso, un camino “más práctico” hacia el socialismo sería intentar nacionalizar la banca. ¿Cómo? Cada día extra que se estira la cuarentena, más empresas se funden y más créditos el Estado le exige a los bancos que otorguen a tasas bien por debajo de la inflación. Es el plan perfecto para forzar a que los bancos se fundan. Y si no otorgan créditos, se los nacionalizará por no cumplir la función social.

Esto sería equivalente a robarse los depósitos de la gente con corralito incluido y algún relato épico en contra de “los especuladores malditos que se van al dólar”.

Pero aún así, la naturaleza de la estructura económica, la falta de apoyo militar, y el hecho de no tener el dinero para la “epopeya libertadora” hacen muy difícil que terminemos como Venezuela.

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