Walter Castro: “La Argentina es la analogía de mil islas prendidas fuego”

Qué opina el profesor y economista rosarino sobre éste y otros problemas crónicos.

Según Walter Castro, lo que sucede con las quemas en el delta del Paraná es una muestra a escala de cómo se plantean las demandas y se resuelven (o no) los problemas en la Argentina. 

El profesor y economista rosarino dialogó con ON24 y dió su enfoque de la postal -entre otras que se acumulan- que se repite cada año y sigue sin solución. “Esto no es solo el fuego en las islas, sino que se extiende a muchas otras problemáticas. Argentina es la analogía de mil islas prendidas fuego”, sostuvo. 

Lo primero que se me ocurre preguntarte es qué opinás sobre lo crónico que es este tema. Una lógica que siguen muchos otros problemas, de mayor o menor envergadura, que tienen una deficiente o nula respuesta por parte del Estado. ¿Cómo lo analizás?

En definitiva la Argentina es así. Si querés podés aplicar ese mismo razonamiento a la deuda externa, a la inflación, al default, a los planes económicos que vuelven siempre al mismo curso de acción. 

Si tenemos estos problemas crónicos, no es que no pueden si no que no quieren resolverlos. Cualquier persona que intenta mil veces solucionar un problema, al final lo soluciona, pero hay que tener cierta persistencia. Ahora, si una empresa falla se funde, y el Estado nunca se funde. Eso es una diferencia importante porque el mecanismo de feedback no existe con el Estado. 

Pero a pesar de la inexistencia de ese feedback con el Estado y de respuestas eficaces, la sociedad le exige más presencia. ¿Cómo explicás esa contradicción?

Es una disociación cognitiva. Hay un mito en el que vos preferís creer e insistís en ello cuando está bien claro que el juego del Estado es hacer como que gobierna o que resuelve los problemas de la gente, pero hasta donde puede y donde le importa. 

Néstor Kirchner tenía una frase muy ilustrativa: “Miren lo que hago”. Si buscás el ejemplo práctico de eso, podés ver lo que pasó con la educación en medio de la pandemia, cuando se decidió que en provincias donde -en un principio- no hubo prácticamente casos de Covid no se dieran clases, o que  las facultades no tomaran examen. Eso quiere decir que les importa un rábano que los alumnos pierdan un año. Míralo también en los legisladores que hablan de pobreza pero no se desprendieron de ninguno de los tantos asesores que tienen. 

Con esto quiero decir que no hay que sorprenderse porque el Estado es prácticamente fallido en Argentina, no tiene capacidad para resolver casi ninguno de los problemas. El único progreso tecnológico eficiente del Estado es la AFIP, ¿por qué no los hay para otras cosas?. Entonces, ¿no pueden o no quieren?

Si bien está en debate una proyecto de Ley de Humedales, está claro que una normativa no detendrá por sí sola las quemas, ¿crees que hay cierto pensamiento mágico en torno a los efectos prácticos de las leyes?

Más que mágico me parece un pensamiento muy concreto de personas cuyo trabajo es hacer como que legislan. En general, el Estado simula, hace como si hiciera algo. ¿Acaso el intendente de Victoria no sabe quién quema? Cualquiera que pregunte puede enterarse. No hace falta traer la Agrupación Albatros y después esperar que llueva para que el fuego se apague.  

“Follow the money” es una frase muy común en Estados Unidos y que aplica bien a este tema. Hay un tipo que prende fuego porque le sirve para algo, el fuego no se prende solo; entonces debería observarse quién está detrás de esos intereses.  

Con todo, cualquiera con voluntad de resolverlo debería poder resolverlo, pero en definitiva hay que ver si al gobierno le interesa, pero también si a la gente le interesa de verdad. Ningún gobernante hace o deja de hacer sin el aval de por lo menos una parte de la sociedad. 

REDACCIÓN ON24

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