“Todo Rosario viene al centro”

En el marco de un informe sobre el comercio y la historia de Paseo del Siglo, visitamos La Fazenda y hablamos con el empresario Gabriel Lancelotti

La Fazenda funciona desde 1996 en el emblemático edificio de Santa Fe y Presidente Roca, ex Hotel Rex, bajo la dirección de la familia Lancelotti. En el marco de un informe sobre el comercio y la historia de Paseo del Siglo, ON24 charló mano a mano con Gabriel Lancelotti, socio gerente de la firma, quien compartió su propia visión sobre la actualidad del centro rosarino, las oportunidades y problemáticas que presenta, y anticipó lo que se viene en el futuro de su rubro. A modo de anticipo, publicamos parte de la charla con el empresario que trabaja junto a sus hermanos en una histórica marca rosarina.

¿Cómo fue que llegaron a Paseo del Siglo?

Quisimos poner un local bandera en los años 90, cuando la venta de café molido a la vista y las máquinas de café eran algo que no existía en Rosario. Nuestro primer local estuvo en Urquiza entre Roca y España. En el 96 mi papá (Jorge Luis) pasó por esta esquina, vio el edificio y en una jugada muy arriesgada, con una gran inversión, compramos este lugar. Participamos del programa de preservación de patrimonio histórico y nos encargamos de la restauración y puesta en valor del mismo. Acá funciona la sede administrativa de la empresa, el showroom de productos y la atención al público, sala de reuniones y sección de vendedores. Vinimos a esta esquina porque es estratégica.

¿Cómo repercutió el cambio de domicilio en su actividad?

Nuestra actividad se multiplicó desde que llegamos acá. La zona creció desde entonces y hay cada vez más gente. Por otro lado, creo que nos perjudicó comercialmente el carril exclusivo de colectivos por calle Santa Fe. Paran demasiadas líneas y nos parece inadecuado, ya que no hay lugar en la vereda para contener a tantas personas durante las horas pico. Hemos hablado varias veces con la Municipalidad para redistribuir las paradas y descongestionar un poco esta esquina.

¿El carril exclusivo es el gran defecto de la zona? ¿Qué otras características tiene?

Por Santa Fe la cantidad de locales cerrados es enorme porque se trata de una calle en la que no se puede estacionar. Además, se usa para las manifestaciones, por lo tato esto es un caos permanentemente. Fuera de eso, Paseo del Siglo sigue siendo una zona comercialmente muy fuerte y particular. Siguen conviviendo muchas viviendas con locales comerciales, gastronómicos y oficinas, por lo que el volumen de gente que se mueve constantemente es muy grande.

¿Qué ocurre con el turismo?

El turismo todavía debe potenciarse, el mayor impedimento es que la mayoría de los locales cierran después del mediodía en los fines de semana. Luego de las obras que revitalizaron la peatonal, restauraron las plazas, la actividad ha aumentado en parte. Estamos encarando el tema de extender los horarios de atención y mantener los locales abiertos. Es un círculo vicioso. Como no abren muchos locales, hay poca gente; abrir un fin de semana sale más caro y si no hay ventas no podés abrir tu negocio. Creo que tenemos que tener un acuerdo entre todos para abrir al menos durante estos días de feriados. Estamos en tratativas con la Municipalidad para que la Plaza Pringles sea un núcleo de actividades artísticas y exposiciones durante los fines de semana para atraer más gente. Los locales cerrados, mala iluminación y la poca circulación de gente también alimentan la inseguridad.

¿Sigue siendo conveniente invertir en el centro?

Sí, por supuesto. Todo Rosario viene al centro. No se puede comparar con otra zona. Hay más de 600 comercios, bibliotecas, sanatorios, entidades públicas, hoteles, universidades, la lista es innumerable. Entendemos que la competencia directa son los shoppings, donde la gente se siente segura y puede caminar. Permanentemente pedimos a la Municipalidad por limpieza, seguridad y reglas claras de convivencia. Nos escuchan permanentemente y tratamos de hacer lo mejor para todos.

¿Cómo han encarado este año en su rubro?

El año pasado fue particular y este año va a ser más difícil. El consumo es bajísimo. Hay que calcular bien los gastos y ser conservadores en las inversiones. Todos nuestros insumos son importados, desde el café hasta la maquinaria, entonces la paridad cambiaria nos afecta muchísimo, la presión impositiva es fuertísima y los costos laborales son muy altos.

¿Cómo han ido adaptando su producto y cómo se posicionan hoy en el mercado local?

Estamos muy atentos a la capacitación de los baristas. Tratamos de traer café de distintos destinos, como Tanzania, Indonesia y Costa Rica, además de nuestro proveedor principal que es Brasil. Las formas de comercialización van variando constantemente y hoy incorporamos a una nueva generación a la empresa, que está más atenta a las nuevas tecnologías. Con respecto a la competencia, no hay en Rosario otro local que venda el café de la forma en que lo hacemos. Cada persona viene a pedir su propio blend y nos especializamos en café espresso. Por otro lado, creo que hoy el juego pasa por las cápsulas, algo que estamos analizando.

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