Qué cuesta más: ¿retener o contratar un empleado?

Cuando una empresa es pequeña, sabe que tiene que hacer una serie de inversiones y esfuerzos con el fin de crecer. Por eso, cuando empieza a hacer la respectiva contratación de las personas que van a colaborar en el proyecto, se hace con mucho cuidado y precaución, no sólo por escoger el talento adecuado, sino porque deben ser personas que también se comprometan con el crecimiento de la empresa y le aporten al mismo.

Pero a medida que las empresas crecen, pierden ese interés en contratar a las personas indicadas que se destaquen por esas mismas características y pueden llegar a concentrarse en atraer talentos con amplios conocimientos o experiencia, que permitan aumentar las ventas y consigan muchos más beneficios para la empresa. Claro, esto no es del todo malo, pero el tema es que no les interesa generar esas condiciones para que el empleado adquiera un compromiso y lealtad con su empleador.

Entonces un empleado hoy en día simplemente cumple con sus funciones y con las metas, pero no siente una necesidad de corresponderle a su empresa porque, si bien agradece la oportunidad de trabajo, sabe que es un “empleado más” para la compañía. Ahora, esto es mucho más común con la generación de los Millennials, quienes donde no se sienten cómodos, sencillamente se van, permaneciendo en las empresas por uno o máximo tres años ya que, cuando consideran que no tienen nada nuevo que aprender ni nada que perder, deciden abrir sus horizontes.

El tema con esto es que las empresas parecen haberse adaptado a esa situación y les es muy fácil contratar y hacer liquidaciones, incurriendo en unos gastos muy altos que, aunque parecieran básicos, si se suman entre todos los empleados que llegan y abandonan, pueden resultar costos muy altos.

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