Pólvora mojada: ¿Cómo sobreviven los comerciantes de pirotecnia en Rosario?

Entre restricciones y un fuerte rechazo social, vendedores y fabricantes buscan alternativas para el rubro

La pirotecnia es un clásico de las fiestas de navidad y fin de año. Sin embargo, la polémica sobre su reglamentación y uso también lo es. La reglamentación vigente, (ordenanza 7571/2003 y su posterior modificación a través de la 9166/2013) prohíbe la comercialización, tenencia y uso de artificios pirotécnicos no calificados de “venta libre” por la Dirección General de Fabricaciones Militares. Desde el sector dicen que hay productos de bajo impacto sonoro que pueden comercializarse, pero que resulta difícil contar con la habilitación municipal. ¿Cómo sobrevive la industria en la ciudad? 

Según comentó Maximiliano Banchic, vocero de Cienfuegos, dijo que las ventas de este año estuvieron entre un 30 y un 40% por debajo del 2019. La marca cuenta con su propio local en la ciudad desde 2018, pero únicamente puede comercializar productos de cotillón. “Desde que estamos acá, no vendimos ni una estrellita”, dijeron desde el local. 

De acuerdo a lo explicado por el vocero, la actividad de fabricantes y comerciantes de pirotecnia se encuentra reglamentada a nivel nacional por la ley 20429. Los productos están regulados por la Administración Nacional de Materiales Controlados (ANMAC). “Cada municipalidad puede regular algo respecto al uso de ciertos productos, pero ocurre que muchos entienden que deben prohibir y prohibir. Un concejo deliberante no puede tener potestad sobre una ley nacional”, explicó Banchic. 

Fuera de las limitaciones legales, la industria pirotécnica también ha tenido que buscar soluciones a las múltiples campañas de concientización sobre los perjuicios del uso de artificios de alto impacto sonoro. “Esas acciones nos afectan, pero tratamos de colaborar explicando que contamos con productos para gente que quiere festejar sin el ruido que todos conocemos”, explicó el vocero. “Apoyamos consignas como ‘más luces, menos ruido’. El sector se está reconvirtiendo a este tipo de fuegos artificiales y se invierte un gran porcentaje en desarrollos para lograr más color, más luz y menos impacto sonoro”, subrayó. 

Muchos productos, otrora tradicionales, se han ido retirando del mercado. Rompeportones, bombas orsinc, ruedas, ramilletes formados por cohetes y petardos y petardos del número 3, son algunos de los artificios que se encuentran específicamente prohibidos por las ordenanzas. “Desde el sector entendemos que está bien que se retiren de circulación. Son productos que ya no se consumen. Todo se está reconvirtiendo hacia lo que se conoce como fuegos lumínicos”, expresó.

El sector ya había recibido una alerta roja el año pasado, cuando en agosto cerró la fábrica Free Colors, ubicada en Álvarez. Fue uno de los principales proveedores de Cienfuegos y llegó a tener 150 empleados en su plantilla. En tanto, Rosario vivió en 2020 su navidad con menor cantidad de heridos por pirotecnia en los últimos seis años, con apenas seis casos leves.

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