China Eastern Airlines anunció la apertura de la ruta comercial más larga del mundo, que conectará Shanghái con Buenos Aires en un trayecto que cubrirá 19.681 kilómetros y demandará hasta 29 horas de viaje en sentido oeste-este. Aunque incluye una escala técnica de dos horas en Auckland, la operación se considera “directa” porque los pasajeros completarán el trayecto en la misma aeronave.
El vuelo partirá del Aeropuerto Internacional Pudong (PVG) y llegará al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (EZE), convirtiendo a la capital argentina en una de las pocas ciudades del mundo con conexiones de ultra larga distancia. En la ida, el recorrido durará aproximadamente 25 horas y 30 minutos, mientras que el regreso está previsto en 29 horas.
Para Argentina, esta nueva conexión representa una oportunidad tanto turística como económica. El país espera atraer a más visitantes chinos —que en 2019 fueron cerca de 80.000 con un gasto promedio superior a la media internacional— y potenciar sectores como hotelería, gastronomía y servicios, que suelen ver un impacto inmediato en ocupación y diversificación de la demanda.
En el plano comercial, la ruta también favorece la logística y el intercambio con China, el segundo socio comercial de Argentina, con un volumen anual superior a US$ 20.000 millones. La conectividad directa facilita el transporte rápido de productos de alto valor agregado y menor volumen, como vinos, carnes premium y tecnología agrícola.
El anuncio se produce en un contexto de creciente presencia china en América Latina, tanto en inversiones como en infraestructura, consolidando a Buenos Aires como un nodo estratégico dentro de la estrategia aérea del gigante asiático.
Los boletos para esta ruta ya están disponibles desde US$ 1.715, y su éxito dependerá de mantener niveles de ocupación sostenibles, dada la complejidad y los costos de los vuelos de ultra larga distancia.