Celulosa Argentina, una de las principales compañías papeleras del país, inició un nuevo capítulo en su historia. La firma, que arrastra una crisis financiera desde el año pasado y que recientemente presentó concurso preventivo para evitar la quiebra, fue vendida por US$ 1. El control mayoritario quedó en manos de Esteban Antonio Nofal, titular de la financiera CIMA Investments S.A. e hijo de Luis Benjamín Nofal, cofundador de Torneos y Competencias.
Hasta ahora, la empresa estaba bajo la órbita del fondo Tapebicuá Investment Company, conformado por José Urtubey, Douglas Albrecht y Juan Collado, junto a otros accionistas. Nofal adquirió 452,6 millones de acciones clase B, equivalentes al 45,5% del capital social, y deberá realizar una oferta pública de adquisición por el resto de los títulos en circulación, según informó la Comisión Nacional de Valores (CNV).
La operación se presenta como “el inicio de una nueva etapa de fortalecimiento y proyección”. En ese sentido, el nuevo accionista asumió el compromiso de impulsar la recuperación de la compañía y sostener el empleo, un aspecto clave en ciudades como Capitán Bermúdez, donde se encuentra una de sus principales plantas.
Producción detenida y deudas millonarias
Desde fines de julio, Celulosa mantiene paralizadas sus plantas de Capitán Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires). Solo se llevan adelante tareas de mantenimiento con personal reducido. La compañía argumentó que esta decisión responde al “deterioro del capital de trabajo” en un contexto donde la suba de costos no pudo trasladarse a precios y el consumo interno se retrajo.
La situación financiera es crítica: al 31 de mayo registró una pérdida semestral de $172.634 millones, en contraste con la ganancia de $37.831 millones del mismo período del año anterior. Además, enfrenta reclamos judiciales como el iniciado por Tecmaco Integral, que exigió la quiebra por una deuda de $17 millones impaga.
Un plan para reactivar
Previo a la venta, la compañía había contratado a la banca de inversión VALO Columbus con la misión de conseguir capital o nuevos socios. Con la llegada de Nofal, la expectativa es recuperar la actividad, reforzar las exportaciones y adaptar la oferta de productos a los actuales niveles de demanda.
“Celulosa es un emblema de la industria nacional y se proyectará hacia un futuro de crecimiento”, aseguró Hernán Bagliero, CEO de la empresa, al remarcar que la compañía busca sostener su liderazgo en el sector.