Revalorizando al heno en el sistema lechero

La producción lechera nacional ha crecido notablemente en las últimas décadas, a pesar de las cíclicas contingencias económicas, políticas y sociales del país y su entorno. Además, en las cuencas tradicionales de la región pampeana se intensificó la competencia por el recurso tierra, especialmente por una creciente demanda de la agricultura de escala (soja) y estos cambios están impactando en los sistemas de producción de leche.

Se evidencian actualmente aumentos notables en la escala productiva de los tambos, con una tendencia general al incremento de la producción por animal, ya que en muchos casos la carga (cabezas/ha) ha llegado a su punto crítico. En este contexto, la provisión de ciertos nutrientes al sistema se puede tornar crítico, tal el caso de la fibra en particular la fibra seca (heno), del tipo voluminosa o “efectiva”. Por diversas razones, en muchos planteos productivos los henos (rollos/fardos) son cada vez más escasos y en algunos casos incluso se los ha terminado reemplazando totalmente por silajes.

¿Qué es la fibra?

La fibra es el componente más importante de la pared celular de las plantas y constituye el elemento estructural o de “sostén” de la misma. Está integrada principalmente por celulosa y hemicelulosa y una serie de compuestos ligados a ella, como lignina, sílice, cutina, N-ligado, compuestos Maillard, etc., que son indigestibles para el animal. En los análisis químicos de laboratorio, se la denomina como FDN (fibra detergente neutro) o FDA (fibra detergente ácido), si se refiere solamente a la fracción ligno-celulósica de un alimento.

La fibra en los vegetales se encuentra principalmente en los tallos pero también en algunas hojas (sobre todo de gramíneas y en estrado de madurez avanzada), espigas y cubiertas de semillas (como el caso del “linter” del algodón y las glumelas de la avena). Dependiendo del estado de madurez de la planta será el grado de digestibilidad que posea, a mayor madurez, menor digestibilidad porque aumentan los compuestos tipo lignina (o con mayor nivel de FDA)        

Por otra parte, las características físicas de la fibra también modifican su calidad y por ende, las respuestas fisiológicas y metabólicas de los animales. Una misma fuente y nivel químico de FDN, por ejemplo de alfalfa cosechada al mismo estado de madurez, no tendrá el mismo valor nutricional si se la suministra como heno (menos del 15 % humedad), como silaje (más del 60 % humedad) o en pastoreo directo (menos del 75 % humedad). La forma física, en el sentido de la forma y del tamaño de las partículas, también influencia las respuestas productivas, es decir, no es lo mismo suministrar un heno molido que picado o entero.

Rol de la fibra en las dietas

No caben dudas que la fibra es uno de los componentes indispensables de la dieta para la vaca lechera, ya que la misma es necesaria para:

a- Una adecuada actividad de rumia para garantizar una buena capacidad reguladora de la acidez ruminal (capacidad “buffer” o tampón), a través del flujo adecuado de saliva.

b- Una apropiada relación de los productos de la fermentación ruminal (precursores para la síntesis de grasa butirosa).

c- En pastoreo, evitar el “empaste”, al moderar las tasas de fermentación de ciertas proteínas muy degradables en rumen y también para evitar “diarreas”, al moderar la tasa de pasaje con pasturas tiernas y aguachentas.

d- Con alta suplementación con grano, para moderar tasas de pasaje y de fermentación del almidón, evitando un exceso de ácido láctico (meteorismo gaseoso).
La fibra efectiva (FDNef), posee una acción netamente mecánica, es la fracción del forraje que influye sobre la masticación, la rumia (salivación y pH ruminal) y los movimientos del rumen (ciclo de mezcla), acorde con la salud y producción de los animales. Estos efectos sobre el ambiente ruminal afectan directamente la producción y la composición de la leche (principalmente la concentración de grasa butirosa -GB-) e indirectamente el estado corporal de las vacas, a través de los problemas generados por la acidosis ruminal.        

La fibra es clave para vacas lecheras

Los requerimientos en fibra pueden ser estimados de diferentes maneras. Una forma muy sencilla es tomar como referencia que las necesidades de FDN (kg/vaca/día) representan aproximadamente el 1,2 % del peso vivo de los animales. Otra manera es estimarlos como una cantidad equivalente al 25 % del consumo total de materia seca más el 0,4 % del peso vivo.

Autora: Ing. Agr. Miriam Gallardo

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