Recortan las estimaciones trigueras

El ultimo informe del GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario apunta que pérdidas de superficies por inundaciones en Buenos Aires, granizo en Córdoba y el fuerte calor de octubre, cuando buena parte de los trigales de la región pampeana transitaban la etapa de llenado de granos, se confluyeron para ajustar a la baja las estimaciones de rendimientos, arrojando un promedio nacional de 28,5 qq/ha. Se elevó la estimación de la superficie no cosechable, pasando de 120 mil a 160 mil ha, mientras se siguen evaluando los problemas hídricos en el área bonaerense. Para Córdoba se reduce la estimación de rinde provincial en un quintal, de los 28 qq/ha proyectados el mes pasado. El norte de Santa Fe está obteniendo mejores rindes, que compensan las reducciones de esta variable en el sur santafesino como resultado de las altas temperaturas. La provincia de La Pampa siguió recibiendo lluvias frecuentes y abundantes, muy por encima de lo que suele esperarse, generando problemas pero también posibilitando la obtención de muy buenos rindes.

Sin ajustes en superficie respecto de la anterior estimación, se mantiene una cobertura triguera de 4,36 millones de hectáreas, que en términos interanuales significa un crecimiento de un 16,5% a escala nacional. Se espera que se coseche un área de 4,2 millones de hectáreas con un promedio de productividad unitaria nacional de 28,5 qq/ha. Como resultante, la cosecha de trigo produciría 12,0 M de t, volumen que resulta superior al obtenido en la campaña anterior. Esta estimación se realiza con datos de la condición observada en los cultivos, resaltando que aún quedan regiones muy importantes que deben atravesar etapas críticas para la formación de los componentes de rinde.

La franja oeste del país recibió lluvias oportunas en la primera semana de octubre pero luego las altas temperaturas mantuvieron condiciones desecantes que golpearon a los trigales durante el llenado en buena parte de la región pampeana. La sobreoferta de lluvias durante el fin de octubre y principios de noviembre afectó con severos excesos al sudeste santafesino, buena parte de Entre Ríos, y al noreste y sur bonaerense como se aprecia en las imágenes que elabora la consultora de climatología aplicada – CCA.

 

Casi todo el ciclo productivo del trigo argentino se desarrolló con agua. Las etapas de macollaje espigazón, floración y buena parte del llenado recibieron los aportes para satisfacer las demandas de la ontogenia del cultivo. La contrariedad en este año estuvo dada por la presión de excesos hídricos, mayor desarrollo de enfermedades y el calor que elevó las medias térmicas del mes de octubre de 2 a 4 °C. El agua que apareció ya muy tarde para el norte argentino en los primeros días de noviembre, se reflejan en los rindes del inicio de cosecha y en las proyecciones de resultados. 

En Chaco y Santiago del Estero la superficie cosechada alcanza al 70% de lo que se implantó. En Chaco se esperan a nivel provincial un rinde promedio por debajo de los 11 quintales. En Santiago del Estero las condiciones han sido mejores y se estiman los rindes en 15 qq/ha.

Se perfila una campaña notablemente superior este año en la provincia de Córdoba. Si bien hubo un retroceso en la condición de los cultivos luego de la primera semana de octubre, y el agua llegó tarde en los últimos días del mes, se espera una productividad unitariapromedio de 27,6 qq/ha. Esto contrasta con los 20 quintales del año pasado. Pero con el progreso de las labores de cosecha podría ser evidente un mayor daño en algunas zonas que sufrieron con mayor intensidad el estrés termo hídrico como son el este y sur provincial. La condición que predomina en los trigales es buena. Este año se espera una producción superior a los 2,3 M de t que deberá ser confirmada con la evolución de la recolección.

En la provincia de Santa Fe los primeros resultados de la cosecha en el norte provincial son superiores a los promedios que se esperaban. Este año en toda la provincia de Santa Fe predominó el aspecto bueno a muy bueno en los cuadros y las etapas fundamentales del cultivo se desarrollaron con una buena provisión de agua. Hay zonas que fueron castigadas por las heladas de fin de agosto que causaron pérdidas de macollos fértiles, área foliar y vigor en las plantas. También las altas temperaturas de octubre condicionaron la expresión de mayores rindes en el centro y sur santafesino. De todas formas se estima un rinde provincial de 32,5 qq/ha.

En la provincia de Buenos Aires se prevé un rinde promedio en torno a los 31,5 qq/ha y se proyecta en 125 mil hectáreas la superficie que podría no cosecharse. Las lluvias volvieron a transformarse en un fuerte problema en los últimos días de octubre y los primeros de noviembre. Los sectores del noreste y el sur provincial recibieron volúmenes de lluvias que en algunos casos superaron los 200 mm. Estos sectores son los que nuevamente mostraron fuertes anomalías respecto del comportamiento histórico, anomalías que se vienen sosteniendo y que dejan una situación muy delicada y con pérdidas potenciales importantes.

 

En estas zonas se observa en la mayoría de los lotes problemas de anegamiento aunque con diferente gravedad. Los bajos y lotes sin pendiente son los más afectados, con amarillamiento y pérdidas de plantas por asfixia radicular. A pesar de la superficie afectada, son buenas las perspectivas que se esperan de rinde siempre y cuando se normalicen las lluvias. En el área de influencia tandilense, a pesar de no haber restricciones de humedad en los perfiles, los cultivos se encuentran con un aspecto amarillento y con bajo desarrollo. En el área de Tres Arroyos el aspecto de los cultivos en las áreas alejadas de la costa se presenta más prometedor pero están lejos de las condiciones que se observaban el año pasado. En general se estuvieron realizando controles para combatir problemas de enfermedades como roya y mancha amarilla.

Se consideran las cifras que SIBER, servicio de estimaciones de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, calcula para la provincia de Entre Ríos.

Al momento de corte de ese informe, el avance de cosecha era de un 13% sobre las 4,36 millones de hectáreas sembradas en el país. Los lotes que no entrarían a cosecha podrían sumar aproximadamente unas 160.000 hectáreas. El rinde promedio nacional es levemente superior al de la campaña pasada (27,8 qq/ha) ajustándose a 28,5 quintales por hectárea. De esta manera queda configurada una producción de 12 millones de toneladas para lacampaña triguera 2014/15. (GEA)

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