A wrangler herds a cow through floodwaters following heavy rains in Campana, Argentina, Saturday, May 17, 2025. (AP Photo/Rodrigo Abd)

“Los caminos están cortados, no se puede sacar la leche ni mover la cosecha”

El fuerte temporal que afectó el norte de Buenos Aires dejó consecuencias severas en la producción agrícola, ganadera y lechera. La región núcleo, epicentro del rendimiento agrícola nacional, enfrenta pérdidas millonarias y complicaciones logísticas. Santiago del Solar, productor y exjefe de Gabinete del Ministerio de Agricultura, analiza la situación.

El reciente meteoro que azotó con intensidad el norte de la provincia de Buenos Aires —incluyendo distritos como Chacabuco, Los Altos, Rojas, Arrecifes, Pergamino, Junín y Lincoln— dejó bajo agua a la zona núcleo agrícola. Según estimaciones de Santiago del Solar, aún quedan 300.000 hectáreas de soja sin cosechar, con un alto riesgo de pérdida si el clima no mejora rápidamente.

“Muchos lotes hoy tienen pelo de agua y un barro enorme. La situación depende completamente del clima”, explicó. En este momento del año, los campos tienen escaso poder de secado, y el escurrimiento natural varía entre regiones. “En Arrecifes y Rojas hay algo más de drenaje; en Chacabuco, Salto, mucho menos. Va a haber pérdidas, sin dudas“, añadió.

Además de la soja en pie, los silobolsas también sufrieron daños: “Hay un montón en el campo. Algunos directamente fueron alcanzados por el agua, y eso que estaban en las lomadas. Con 400 milímetros caídos en 48 horas, como pasó en Monroe, no hay campo que aguante“.

El problema se agrava con la imposibilidad de mover esa producción: “Los caminos están cortados, no podés transitar por ningún lado. Muchos hicimos silo bolsa porque no se podía cargar, ya veníamos complicados con el agua de antes, y además los puertos estaban trabados hace semanas”.

En cuanto a la lechería, el impacto también es crítico: “Sacar la leche es dificilísimo para los tamberos, sobre todo en las zonas de Junín y Lincoln, donde hay mayor concentración de tambos. Los caminos intransitables hacen que se pierda producción diariamente”.

La siembra de trigo, clave para los ingresos de fin de año, también se ve seriamente comprometida. “Tendríamos que estar empezando a sembrar esta semana, pero no lo hizo nadie. Las sembradoras están paradas en medio de un mar de agua. Va a haber cambio de planes, mucha gente no podrá sembrar trigo, y eso implica menos ingresos en diciembre y enero”.

Del Solar también apuntó contra la falta de infraestructura y el abandono de obras hídricas. “Las obras de saneamiento en la cuenca del Salado están inconclusas. Del río Rojas al río Salto no se dragó ni se limpiaron los cursos. Eso sí se había hecho de Salto hacia Arrecifes, y ahí el agua corre. Pero hacia arriba, es un abandono total”.

En síntesis, el temporal dejó una combinación explosiva: pérdida de cultivos, dificultades para trasladar lo ya cosechado, y un freno a la próxima campaña fina. El clima será determinante en los próximos días, pero la falta de obras y planificación agrava un escenario que ya es crítico para miles de productores en la principal región agrícola del país.

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