El proceso de cram down de Vicentin entró en su etapa decisiva. Tras casi seis años de conflicto, los acreedores granarios agrupados en el fideicomiso confirmaron que existe un futuro posible para la agroexportadora, destacando que “valía la pena apostar por la continuidad de la empresa”.
La gran novedad llegó de la mano de Grassi S.A., que con el apoyo del fideicomiso —integrado por más de 70 compañías del agro— anunció una propuesta que contempla la recuperación del 100% de la deuda en dólares bajo condiciones “transparentes, justas y sustentables”. Además, la empresa adelantó que, en caso de resultar adjudicada, firmará un convenio con Cargill para potenciar la operación exportadora.
Según marca la ley concursal, la Justicia abrirá la próxima semana el período de concurrencia, que se extenderá hasta el 15 de octubre. En esa instancia, los oferentes deberán salir a buscar los votos de los acreedores: gana quien logre reunir primero dos tercios del capital y la mitad más uno de los acreedores, sin importar las condiciones diferenciales de cada propuesta.
En la carrera ya están anotados cuatro grupos: Grassi, Bunge, la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y el tándem conformado por Molinos Agro y Louis Dreyfus Company (LDC).
El Fideicomiso de Acreedores Granarios remarcó en su comunicado que, por primera vez en la historia concursal argentina, “los acreedores granarios tenemos la oportunidad de construir un desenlace distinto, sin desguaces ni maniobras que sólo beneficien a unos pocos, con un horizonte que priorice el interés colectivo y el futuro del país”.
La definición sobre el futuro de Vicentin, un emblema de la agroindustria argentina, quedará sellada en las próximas semanas.