Gran cosecha manisera

Los últimos días del año encuentran a la industria manisera trabajando a full. Mientras siguen de cerca la evolución de la siembra 2015/2016, culminada el 25 de noviembre, las plantas trabajan a pleno en la selección y agregado de valor de la producción de la campaña anterior. El ritmo es tal que, de acuerdo con las previsiones de algunas industrias, la culminación del procesamiento de la cosecha pasada va a empalmar con el ingreso de la nueva.

La razón de semejante nivel de actividad es la excelente producción de maní en el ciclo pasado, cuando el cultivo aportó un rendimiento promedio de 34,6 quintales en caja, según el relevamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Se trata del volumen más alto por hectárea recolectado en las últimas siete campañas y 28 por ciento superior a la del ciclo anterior.

Si se tiene en cuenta que en la provincia el complejo había sembrado en la cosecha pasada 318 mil hectáreas, la producción fue de 1,10 millones de toneladas de maní en caja. En grano, el volumen a comercializar es de 738 mil toneladas.

“Estamos trabajando al tope de nuestra capacidad instalada, que es para procesar alrededor de 75 mil toneladas de maní en caja”, aseguró el gerente general de Cotagro, Raúl Bossio, durante una vista que La Voz del Campo realizó a la planta que la cooperativa tiene en General Cabrera.

Se alinearon los planetas

El clima fue el gran protagonista que tuvo el maní en la última campaña. Las lluvias de febrero y marzo permitieron atravesar el período de llenado de grano con condiciones hídricas óptimas, observó Guillermo Olivera, director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Maní (CAM). Las buenas condiciones agronómicas durante el arrancado y la etapa de cosecha fueron la frutilla del postre.

Si bien aún es prematuro hacer una proyección definitiva, la actual campaña para el maní arrancó de gran manera. Aunque los productores aseguran que será difícil que se repitan los rendimientos a campo. “Se sembró un poco más temprano que el año pasado. Se nota un atraso en el crecimiento debido a que las temperaturas no acompañaron, pero eso se va a acomodar durante el ciclo”, observó Rubén Borgogno, presidente de Cotagro y productor manisero desde hace más de 30 años.

Las bajas temperaturas durante el mes pasado demoraron la evolución del cultivo. Según los registros del Inta General Cabrera, la temperatura media durante noviembre fue dos grados inferior a la media (25ºC contra 27ºC). No obstante, ese déficit no sería condicionante para el desarrollo de las plantas.

En el sur de la provincia (de Vicuña Mackenna hacia el límite con La Pampa), las siembras comenzaron antes del 15 de octubre. Lo que se busca al adelantar la implantación es evitar que la fase final del cultivo se vea afectada por una helada temprana.

Hasta el momento, el fenómeno Niño no ha dejado su marca. Si bien hubo algunos lotes anegados y eventos con granizo, en líneas generales las condiciones del maní son normales. “La piedra me afectó al trigo, a tal punto de no poder cosecharlo; también a la soja, lo que me obligó a resembrar algunos lotes, no así sobre el maní, que tiene la virtud de recuperarse”, sostuvo Borgogno.

Participación

Las 320 mil hectáreas que el maní ocupa en la provincia son suficientes para que el complejo pueda trabajar en óptimas condiciones. “En las últimas tres campaña se operó con un 15 por ciento de capacidad ociosa. En la actual, con los volúmenes de producción obtenidos, se va a trabajar a pleno”, expresó Olivera.

En el caso de Cotagro, su participación en la superficie es de entre 18 mil y 20 mil hectáreas por año. De esa área, la mitad la aportan productores. “A pesar de ser un cultivo caro, hay productores que quieren incorporarlo a la rotación. De la superficie total que maneja Cotagro, la mitad la aportan los productores. En los últimos años han vuelto al cultivo algunos productores, especialmente chicos”, sostuvo Bossio.

Desde la CAM se está incentivando la incorporación del maní dentro de la rotación agrícola en una secuencia de entre cinco y siete años.

Alivio de costos

Con el maní de la campaña pasada dentro de las plantas para su selección y agregado de valor, los resultados económicos del complejo fueron reducidos.A pesar de que los rindes productivos fueron muy buenos, los márgenes económicos salieron hechos. La incidencia del alquiler, hasta 650 dólares por hectárea, hizo mella sobre los números. “En la parte exportadora, tampoco hubo grandes márgenes”, reveló el gerente de la cooperativa.
En la presente campaña, los costos de producción se han aliviado, debido a que bajaron los alquileres producto de la merma en el precio internacional del maní, mientras el panorama para la industria sigue siendo ajustado.

La caída de alrededor de 300 dólares en la cotización internacional respecto de la campaña pasada (de 1.500 bajó a 1.200 dólares la tonelada) llevó a los productores y también a la industria que invierte en la siembra a renegociar los contratos de arrendamiento. El productor que a finales de 2014 recibía entre 65 y 70 dólares por tonelada de maní en caja, pasó a recibir 50 dólares. Bajo este escenario, los nuevos contratos de alquiler se pactaron con una rebaja de hasta 200 dólares respecto del ciclo anterior.

Este alivio de costos en la fase primaria no se reflejado tanto en los costos de agregado de valor por el lado de la industria, la que además de afrontar un menor precio del producto exportado también soporta la actualización de los costos internos, derivados de la inflación. Sobre un valor total de 1.200 dólares por tonelada, llenar un contenedor con bolsas de 25 kilos de maní para exportación tiene un costo de mano de obra de 60 dólares. Ese mismo contenedor, transportado desde General Cabrera hasta el puerto de Buenos Aires, cuesta 1.300 dólares, mientras que embarcarlo hasta Rotterdam sale menos de la mitad.

Precios y costos
Escenario. En la presente campaña 2015/2016 (previo a conocerse las nuevas medidas económicas), los costos de producción recibieron un alivio debido a que bajaron los alquileres. Esto, ligado a la caída en el precio internacional del maní, pero el panorama para la industria sigue siendo ajustado. El precio internacional bajó alrededor de 300 dólares por tonelada (de 1.500 a 1.200 dólares, de una campaña a otra), lo que llevó a renegociar los contratos de arrendamiento para el cultivo. (Fuente: Agrovoz)

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