En maíz el clima da tregua, el mercado no

Los precios internacionales del maíz continuaron por el sendero bajista a lo largo de los últimos días. De hecho, el cereal forrajero fue la commodity agrícola de peor desempeño en Chicago a lo largo de 2013, con una caída cercana al 40%. Mientras que la debilidad de la demanda y los embarques récord de Sudamérica presionaron sobre el mercado durante el primer semestre del año, sobre los últimos meses se agregó el impacto de la gran recuperación productiva que logró Estados Unidos. Según los cálculos de la consultora Infoma Economics publicados el viernes, la cosecha norteamericana habría trepado hasta 359,7 millones de toneladas en el ciclo 2013/14, merced a un rinde récord de 101,4 qq/ha. Los números finales del USDA se conocerán sobre el cierre de la próxima semana.

La abrumadora oferta ha generado todo tipo de señales bajistas. La limitada capacidad de almacenaje obligó a los productores a desprenderse rápidamente de buena parte de sus cosechas, mientras que las plantas de etanol recuperaron rápidamente sus niveles de stock posicionándose a la espera de una mejora en los márgenes de molienda. En tanto, para el sector exportador emergió un inesperado dolor de cabeza, dado por el rechazo de los cargamentos enviados a China conteniendo la variedad Agrisure Viptera -MIR 162- desarrollada por Syngenta.

A lo largo de los últimos días, despachantes en puertos chinos volvieron a impedir el ingreso de buques procedentes de Estados Unidos conteniendo maíz y residuos secos de destilería (DDGS), un remanente de la industrialización del cereal que se utiliza para alimentación animal por su elevado contenido proteico. En respuesta, el precio de este subproducto cayó considerablemente, en lo que significó otro golpe para la industria luego de la propuesta de reducción en los objetivos de producción de biocombustibles elevada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). Las partidas rechazadas se están desviando mayormente a países como Vietnam e Indonesia, lo que le quita mercados a India, el mayor exportador del sur asiático.

La situación de la demanda externa se vio reflejada en el reporte semanal de ventas del USDA, en el que se informaron exportaciones netas por apenas 154.543 toneladas, la cifra más baja de la presente campaña. Los operadores del mercado de Chicago se habían posicionado a la espera de un volumen ubicado entre 650.000 y 850.000 toneladas. Durante la semana pasada se dieron de baja órdenes de importadores chinos por 116.000 toneladas, que se suman a las más de 500.000 toneladas canceladas desde mediados de noviembre. El USDA proyecta que China necesitará 7 millones de maíz importado hasta el cierre de la campaña en septiembre, aunque ese número luce exagerado en función de su comportamiento reciente en el mercado.

La situación se agrava si tenemos en cuenta que los exportadores norteamericanos pronto recibirán competencia desde Sudamérica. Sin embargo, la amenaza es limitada ya que en estas latitudes se espera una cosecha al menos 10% más baja que la del año pasado y una menor celeridad en el ritmo de embarques durante los primeros tramos del ciclo comercial. Tanto el clima como los precios, al igual que el mejor panorama de mercado del cultivo de soja, han desalentado la siembra de maíz en Argentina y Brasil.

En nuestro país se proyecta una producción de 22 millones de toneladas en la campaña 2013/14, de acuerdo al último informe de GEA – Guía Estratégica para el Agro de esta Bolsa de Comercio. Dicho volumen surge de una estimación de área sembrada próxima a 3,86 millones de hectáreas y rindes promedio de los últimos años, deduciendo la superficie habitualmente no cosechada para ser destinada al consumo animal. Hasta el momento se ha sembrado aproximadamente el 70% del área total de intención y son pocas las zonas donde continúan las siembras de segunda. No obstante, se espera que durante los próximos días los trabajos recobren fuerza a medida que los suelos recuperen las reservas de humedad castigadas por la ola de calor.

Las altas temperaturas de los últimos días impactaron sobre los cultivos sembrados con mayor antelación. Teniendo en cuenta que el período crítico del maíz se produce a partir de los 60 días de la emergencia, las estadísticas del Ministerio de Agricultura indicarían que unas 600.000 hectáreas se vieron castigadas por la ola de calor de la segunda quincena del mes, período durante el cual las precipitaciones se encontraron por debajo de los niveles normales en casi toda la zona central del país. Afortunadamente, distintas evidencias apuntan a que el mes de enero sería menos hostil para el desarrollo de los maíces.

En consecuencia, el panorama actual obliga a ser muy cautos de cara a las perspectivas de la nueva cosecha. Si la producción efectivamente cae un 15% y las proyecciones alcistas de consumo interno se cumplen, el saldo exportable podría sufrir una contracción del 25% de mantenerse relativamente estables los stocks finales. A esa caída habría que sumarle un deterioro de los precios FOB, lo que resultaría en un menor ingreso de divisas para el país luego de los u$s 6.000 millones obtenidos durante el año 2013.

La oferta total de la nueva campaña será absorbida en una mayor proporción por utilización doméstica. El consumo del sector avícola ya se encuentra próximo a cuatro millones de toneladas por año, mientras que para tambo, cerdos y vacunos se estiman otras tres millones de toneladas. El resto sería industrialización, de la que molienda seca y húmeda representarían 1,5 millones de toneladas y etanol cerca de un millón. La proporción que se guarda como semillas es poco significativa, estimándose en 20kg por hectárea.

Los valores de mercado no brindan estímulos a los productores desalentados. Los precios a cosecha se mantienen cerca de los u$s 150/ton, aunque la acelerada suba del tipo de cambio podría devolverle algo de rentabilidad a quienes apuesten por el cereal. Tomando coberturas en Rofex frente a las fluctuaciones del dólar, el maíz puede colocarse a cifras equivalentes a $ 1.150/ton en el mes de abril, encontrándose cerca de un 10% por encima de los precios de contado. Dado que se trata de una entrega diferida a tres meses, el retorno de esa estrategia supera el 3% mensual. Las tasas de interés en los mercados financieros todavía se encuentran por debajo de ese nivel, aunque la moneda doméstica pierde frente al dólar a una tasa más acelerada.

En tanto, el mercado disponible sufrió en las últimas semanas del año una importante caída, hasta encontrar un piso en la zona de los $ 1.000/ton. Tomando cotizaciones en dólares, el retroceso supera el 10%. Los futuros con entrega cercana en Rofex cayeron desde u$s 180/ton a mediados de noviembre hasta u$s 160/ton durante esta semana.

 

 

Autor: Guillermo Rossi – BCR

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