El mundo está esperando que Argentina produzca mas

En el marco del simposio “Argentina y Asia en 2030: Estrategias en los Agronegocios para un Mundo en Desarrollo”, el director del Programa de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA, Fernando Vilella, analizó el rol preponderante que jugará la Argentina en la alimentación mundial y aseguró que el sector productivo, empresarial y académico deberán generar estrategias para aprovechar las oportunidades de producción y comercio que vendrán.

-¿Por qué organizaron un simposio sobre los agronegocios al 2030?
Para reflexionar junto a los mayores demandantes de alimentos a escala global. Interactuamos con China, Japón, Corea, Tailandia, India y Vietnam, que hoy representan el 40% de la población mundial y originan el 25% del PBI mundial. Esas regiones crecerán fuertemente en 2030 y van a requerir importar toda la comida. Sólo en Asia, mil millones de personas necesitarán ser alimentadas con producciones externas.

-¿Y de dónde vendrán esos alimentos?
Todos los pronósticos indican que las únicas zonas que van a tener excedentes de alimentos serán América del Norte, del Sur, Australia, Nueva Zelanda  y la zona de Ucrania. Eso nos ubica  en una posición de fortaleza porque nuestro país tiene un poder enorme para desarrollar la agroindustria. Si la Argentina cuida sus recursos será el supermercado del mundo.

-¿Es decir que el mundo está esperando que la Argentina produzca más?
Exacto. Nuestro país  tiene la mayor dotación de tierras cultivables por habitante del planeta y el cuarto en dotación de agua, lo que le da una responsabilidad en la seguridad alimentaria mundial. Hoy, somos líderes y hay demandas para productos en todas las regiones del país. Entonces, debemos generar un país más armónicamente desarrollado en todos los territorios porque hay muchos mercados para cada uno de esos productos.

-¿Por qué el análisis al 2030?
Desde la cátedra estábamos trabajando con horizonte 2020 y nos pareció correcto ampliar el horizonte y ver qué tan firmes eran las tendencias que teníamos.

-¿Y qué vieron?
Que las tendencias continúan, y a favor. No es un cambio circunstancial, sino estructural. Por ejemplo, Asia va a pasar de 500 millones de personas de clase media a 3200, que no solamente van a comer más sino distinto. Si bien está bueno tener materia prima barata y competitiva, debemos internar vender el producto y generar más trabajo. El mercado está, sólo hay que construir el sistema para aprovecharlos de la mejor forma. Van a aumentar fuertemente las exportaciones de carne de cerdo, de pollo también y las vacunas. Vino un experto de cada país para afinar las estrategias y mejorar las exportaciones.
 

¿Cuál es la visión de la Argentina?
En el simposio convocamos distintas expresiones que deben estar siempre en forma conjunta: del sector productivo, empresarial y académico.  Desde esos lugares vimos distintas posiciones, en general coincidiendo que hay mucho para hacer, que la oportunidad la ven todos, pero falta armonizar ideas para poder avanzar. Generar liderazgos que puedan armonizar las ideas de estos grupos en este momento de transición que estamos viviendo.

Creo que el objetivo principal es tener una sociedad y un territorio más integrado. Estamos convencidos de que va a funcionar, y de afuera están esperando que eso suceda. Los países miran con mucha atención lo que hace la Argentina porque no hay tantos lugares de la magnitud que tiene nuestro país donde pueden salir los alimentos que está requiriendo el mundo. Está la oportunidad y tenemos los recursos.

-¿Por qué fue importante para la Facultad de Agronomía?
Buena parte de lo que va a ocurrir, es decir, esa producción adicional que hay que hacer, está vinculada al conocimiento. Si el agua y la tierra están limitadas la única forma de mejorar la productividad es el conocimiento. Pero a ese conocimiento hay que generarlo y profundizarlo: tener una visión y saber hacia dónde van las cosas. Si uno sabe hacia dónde va, puede actuar y generar los mecanismos para sacar un mejor provecho para todos.  Armonizar con otros países no es fácil, pero a todos nos sirve.

-Se cumplieron los objetivos entonces…
Totalmente, fue un éxito. Además de los inscriptos, más de mil personas de veinte países de todo el mundo siguieron la conferencia por internet; tuvimos oradores de primer nivel; vamos a publicar un libro; entre otros puntos. Esto es un punto de arranque de las actividades que tienen que ver con sostener estas ideas y estrategias a mediano y largo plazo, que en general no es una práctica nacional.  Ahora hay que trabajar para concretarlo. (Fauba)

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