Cuidando el principal recurso

Argentina no tiene registros históricos en materia biológica sobre sus suelos. Si presenta zonas como la región núcleo central, donde se puede dimensionar una alta presencia de materia orgánica, gran diversidad de microorganismos y productividad.

El análisis, corresponde al Dr. Luis Wall, investigador del Conicet sobre microbiología de suelos, que reconoce en las nuevas tecnologías la posibilidad real de detectar factores que indican variables en el manejo de suelos, por parte de los productores agropecuarios.

“Hoy podemos determinar, si la rotación de cultivos es bien realizada, para la salud del suelo. Es decir, evaluar si un productor avanza hacia sistemas productivos con sustentabilidad y proyección en el tiempo”.

Wall, afirma que esta ventaja no la tuvo Europa, ni otras regiones del mundo, donde los suelos están agotados y con un marcado desequilibrio para la naturaleza. También reconoce que han sido áreas donde se dificultó el aprendizaje, ya que se interpretó a la tierra, como un “florero”, donde crecían los cultivos y se le agregaban los nutrientes, fertilizantes y otra variada cantidad de productos, con reincidencia.

“Los suelos de Argentina, son sumamente fértiles. También los de la región compuesta por Brasil, Uruguay, Paraguay y otros países de Sudamérica. Son el área experimental del continente, ya que el resto del mundo siempre se ha manejado con labranza convencional y graves consecuencias”.

Durante su participación en el XXIV Congreso de Aapresid, Wall profundizará sobre labiotecnología y la expansión de la siembra directa. Una forma de ejemplificar, como un sistema, logra que se mantenga intacta la estructura del suelo, facilitando que las comunidades biológicas se desarrollen, establezcan sus comunicaciones y lazos hacia la fertilizad. “En definitiva, a la calidad del grano que se cosecha”, anticipó. (Fuente: Aapresid)

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