Tras las intensas lluvias, se delinean tres grandes escenarios según la región. El primero es el del noroeste de Buenos Aires, donde los acumulados oscilaron entre 100 y 200 mm. Pese al fuerte atraso en las labores, por ahora no se observan daños importantes en los rindes. Sin embargo, preocupa el retraso, ya que resta cosechar entre un 10 y un 30% de la soja de primera y buena parte de la de segunda.
El segundo escenario incluye localidades como Rojas, Wheelwright y Colón. Allí, el agua drenó rápidamente y queda pendiente entre un 5 y un 15% de la soja de segunda. Desde Wheelright comentan: “en muchos lotes que recibieron incluso 150 mm, hoy (miercocles 21) estamos cosechando. Nos llama mucho la atención la rapidez con la que drenó el agua”.
El tercer escenario es el más complejo, el de las zonas planas y bajas, donde el agua no termina de escurrir y persisten los anegamientos. Es lo que ocurre en Arrecifes, Chacabuco y San Antonio de Areco, entre otras. Allí reina la incertidumbre, ya que no se sabe cuánto se podrá cosechar ni en qué condiciones.
En todos los casos, el mensaje se repite: es fundamental que no vuelva a llover. Un nuevo evento complicaría aún más el cierre de campaña y pondría en jaque la siembra de trigo.
Comienzan los preparativos para la siembra de trigo, pero el agua tiene la palabra
De cara a la siembra fina, hoy conviven dos realidades muy distintas en la región núcleo, como resultado de las lluvias del fin de semana. En el sur, especialmente en el norte bonaerense, los excesos hídricos complican seriamente el inicio de la campaña triguera. En cambio, hacia el norte de la región, los preparativos ya avanzan sin mayores inconvenientes.
En los alrededores de Cañada de Gómez, los técnicos cuentan que aprovecharon bien el momento: “hicimos fertilizaciones previo a las lluvias para asegurar la incorporación de la urea”. Otros, más jugados con los pronósticos firmes que se manejaban la semana pasada, cambiaron de estrategia de fertilización: “decidimos volear la urea y aprovechar la lluvia. Así evitamos el gasto de la siembra del fertilizante —clave en los planteos de alta tecnología— y abaratamos un poco los costos”. En paralelo, se avanza con los barbechos de presiembra en buena parte del centro y sur santafesino. Pero en zonas donde llovió mucho, la historia es distinta. En Rojas, por ejemplo, las lluvias intensas arruinaron aplicaciones previas: “se lavó todo. En algunos lotes se habían hecho ya aplicaciones de residuales. Un desastre”, lamentan. Y desde Colón advierten que el inicio de la siembra podría demorarse porque aún no comenzaron con las labores previas. “No debería volver a llover, porque si no se nos viene todas las labores encima y se va a retrasar la siembra”, coinciden desde Rojas. Más al oeste, en Corral de Bustos, el ánimo es otro: “Medimos entre 250 y 300 mm de agua útil, cerca de la capacidad de campo”, comentan los técnicos, conformes con el perfil recargado. (GEA / BCR)