Como hacer una correcta elección de la densidad de siembra

 

El crecimiento y producción de biomasa de un cultivo es función directa de la capacidad de éste para la captación de la radiación solar incidente y de su conversión en estructuras carbonadas. En maíz, la captura de luz, está relacionada con la estructura del cultivo y depende del tipo de planta, su cantidad y de su distribución en el espacio. La eficiencia con la que se transforme esa energía lumínica en estructuras vegetales (tallos, hojas y espigas) determinará el rendimiento silero final.

El maíz tiene poca capacidad de compensación cuando se lo siembra a densidades sub-óptimas o supra-óptimas. Esta poca plasticidad a bajas densidades, donde no llega a desarrollar un índice de área foliar adecuado para la captación de luz, o la aparición de individuos estériles y aborto de granos cuando se lo siembra en densidades excesivas, determinan una densidad “Óptima” en el cultivo, por encima o por debajo, de la cual el resultado en términos productivos resulta no ser el esperado. Es bien conocida este tipo de respuesta en maíces para grano. El manejo en cultivos para silo puede encuadrarse con el mismo criterio, pero al ser el componente total de la planta cosechada (Vegetativo + Reproductivo) es posible un manejo más plástico de la densidad de siembra donde aumentos de 10 al 30 % de los valores utilizados para grano generan los mayores rendimientos en materia seca sin afectar la partición a espigas.

 

El aumento gradual del número de plantas genera aumentos en el rendimiento al cubrir el suelo y utilizar la energía lumínica. Cuando se llega a densidades medias comienza una competencia por recursos dentro del lote determinando que posteriores aumentos en el número de individuos tengan efectos negativos en los restantes y disminuyan sensiblemente su crecimiento individual. En estos niveles de plantas existe un segmento de equilibro donde no hay efectos negativos en el cuaje en grano y el volumen total de materia seca aumenta por aumento en la cantidad de plantas. Pasado este segmento, el rendimiento integral se mantiene más o menos constante pero se afecta de manera muy marcada el rinde en espiga afectando negativamente la calidad del silo y la proporción de energía del mismo. 

La calidad del ambiente y la elección de la densidad

La caracterización de los recursos ambientales que dispone el cultivo es una herramienta muy valiosa para poder decidir correctamente la densidad de siembra. Parámetros tales como: capacidad de uso, características del lote, pronóstico climático, agua útil acumulada durante el barbecho, ciclo de rotaciones y paquete tecnológico a utilizar ayudan en la toma de decisiones.

 

Autor: Ing Federico Sciarretta – Forratec

 

 

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