La ciudad de Rosario avanza en la discusión de la ordenanza para habilitar torres de perímetro libre, un modelo urbanístico que contempla construcciones en terrenos de entre 1.000 y 5.000 metros cuadrados, con rescate del centro de manzana y mejoras en iluminación y ventilación. El proyecto, que ya comenzó a debatirse en la Comisión de Planeamiento, propone aplicar esta tipología en corredores consolidados y áreas centrales, como Pichincha y Abasto, abarcando unos 790 lotes de la ciudad.
Durante la reunión, participaron integrantes de la Comisión Asesora del área en el Departamento Ejecutivo y referentes de distintos sectores. El presidente de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción, Mariano Schor, respaldó la norma y señaló que la ciudad pasó de construir 431.000 metros cuadrados en el año 2000 a 307.000 en 2024, lo que representa una caída del 20%. “La nueva normativa permitirá que Rosario vuelva a crecer”, afirmó.
En la misma línea, Ángel Seggiaro, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), definió la propuesta como “una tipología más dentro del Código Urbano”. Destacó que los proyectos de mayor escala podrían abaratar expensas y recordó acuerdos previos con Litoral Gas y el Banco Municipal para extender redes de infraestructura.
Desde el plano académico, Walter Hauss expuso los resultados de un taller con estudiantes de la UAI, donde se comprobó que esta tipología mejora la habitabilidad y promueve espacios verdes. Por su parte, la presidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios, Gabriela Ortíz Urbina, remarcó la fuerte demanda habitacional en Rosario.
El debate también incluyó la mirada de los arquitectos. Ariel Giménez, presidente del Colegio de Arquitectura y Urbanismo, Distrito 2, recordó antecedentes locales y comparó el modelo con experiencias en ciudades como París y Barcelona, donde se combinan edificios de hasta diez pisos con espacios verdes comunes.
En representación del Ejecutivo, el subsecretario de Planeamiento, Pablo Florio, sostuvo que se trata de “una opción más para redensificar y repoblar zonas de la ciudad”. Precisó que la altura máxima será de 72 metros, y que la posibilidad de llegar a 120 metros será excepcional, aplicable solo a seis de los 402 lotes relevados. Además, aclaró que no cualquier terreno es apto para esta tipología y que la ordenanza establece una exigencia de infraestructura verde, con la obligación de destinar el 30% del predio a espacios absorbentes, lo que podría sumar hasta 34 hectáreas nuevas de áreas verdes.
Finalmente, el presidente de la Comisión de Planeamiento, Fabrizio Fiatti, coincidió en que la altura se autorregula y destacó que el proyecto puede revitalizar arterias estratégicas como bulevar Rondeau o avenida San Martín.
La iniciativa mantiene los mismos coeficientes de edificabilidad que la normativa vigente, aunque según funcionarios se alcanzan “resultados formales y metodológicos superadores”. Con este consenso creciente, Rosario se encamina a definir una ordenanza que marcará el rumbo de su transformación urbana.