El sector de la construcción rosarino dio señales de reactivación en junio, al registrarse la mayor superficie aprobada para nuevas obras en los últimos 36 meses. Según informó la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, se autorizaron un total de 66.091 metros cuadrados, lo que representa el mejor dato mensual desde mediados de 2021.
Pese al repunte de junio, el balance semestral muestra un leve retroceso. En los primeros seis meses de 2025, la superficie total aprobada fue un 4,8% inferior al mismo período de 2024. Aun así, los especialistas destacan que el dato de junio no debe leerse como una “foto” de la actividad actual, sino como un indicador de expectativas por parte de los desarrolladores.
El incremento en la superficie aprobada para construir refleja que los desarrolladores se están anticipando al ciclo económico. Con la expectativa de una mejora en las condiciones del mercado, muchas firmas aceleran la presentación de proyectos y trámites para estar listas cuando llegue el momento de ejecutar las obras.
Otro dato que se desprende del informe municipal es la concentración de permisos en menos actores. En junio se registraron 110 permisos de edificación, muy por debajo del promedio mensual de 200 trámites que se gestionaban antes de la pandemia. Esto indica que, en el actual contexto económico, son los grandes jugadores del sector los que se mantienen activos, con mayor espalda financiera para proyectar a mediano plazo.
Desde el sector privado coinciden en que hay un clima de “espera activa”. Si bien la demanda final continúa retraída por los altos costos y las tasas de interés, el avance en los trámites constructivos refleja una apuesta por estar listos cuando el mercado se destrabe.
En ese sentido, Rosario mantiene su atractivo como plaza inmobiliaria, sobre todo en segmentos de vivienda media y premium, con desarrollos en altura en zonas como Pichincha, Av. Pellegrini, el macrocentro y los bordes del Distrito Centro.
El repunte en las aprobaciones podría traducirse en más obras hacia fin de año o durante 2026, siempre y cuando el escenario macroeconómico acompañe con mayor previsibilidad.