Las consecuencias de los buques varados en el Paraná

El comercio de granos desde el mayor polo agroindustrial del mundo se convirtió en un verdadero caos. A poco menos de dos días de que el buque Panamax MV Paraskevi, pudiera ser liberado el viernes, tras dos semanas de mantener trabado el tránsito a la altura del puerto de Cargill, en Villa Gobernador Gálvez, en Santa Fe, otras dos embarcaciones quedaron en la misma situación, multiplicando los nervios de los operadores, que tendrán incalculables costos por las demoras.

El Cleanthes y el Dragon Sky, ambos cargados con granos, traban desde ayer toda la operatoria de carga y descarga de la zona.

Se estima que cada uno de los barcos varados tiene un costo inicial por la demora de entre u$s 20.000 y u$s 50.000 diarios, dependiendo el número final del tamaño y la carga que lleve.

El buque Cleanthes, de 182,2 metros de eslora, había sido despachado desde Puerto San Lorenzo, cargado con trigo y destino Brasil pero tuvo que esperar que se corriera el Paraskevi para pasar. Pero cuando tuvo la orden, en la mañana de ayer, se varó en el kilómetro 407,9 del Río Paraná, el mismo sitio donde se atascó su antecesor, obstruyendo el canal troncal de navegación, por lo que la Prefectura Naval Argentina clausuró la circulación por la zona, tanto para buques que suben (al norte) o bajan (hacia el sur).

Según pudo saber El Cronista, se sumó al remolcador que liberó al buque anterior, otro más, para acelerar las tareas.

El Dragon Sky, que navegaba detrás del Cleanthes, había cargado harina de soja en Puerto General San Martín y se dirigía a completar carga a Brasil, con destino final Vietnam, y también obtuvo la orden de avanzar en una zona que no había reportado problemas de profundidad, a la altura del kilómetro 410,5. Sin embargo, ayer a la tarde detectó que también se encuentra varado en proa, en rada (área de maniobras). Este, hasta ayer, no tenía asistencia para ser liberado.

El mecanismo para que las embarcaciones se abran paso es descargar parte de su contenido (proceso llamado ‘alije’) que es cargado en barcazas para hacer que el barco “flote” más. Una vez más ligeros de peso, los barcos son ayudados por remolcadores que les permiten salir del atasco.

La situación se produce cuando se está cosechando el maíz a paso acelerado, aprovechando los días de sol, y con la trilla de soja ya iniciada en la zona central del país, la más productiva a nivel nacional.
Fuentes informaron a este diario que se están desarrollando los peritajes que indicarán las responsabilidades que generaron ambas situaciones, que pueden deberse a malas maniobras de los barcos, fallas en las indicaciones desde el centro de operaciones, agravadas por el nivel general del río.

Fuente: Cronista

 
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