Desde el Casco Histórico, entidad que nuclea a los negocios que se desempeñan en el centro de la ciudad (sobre todo los que están por la peatonal Córdoba) exigen terminar con la venta callejera, para esto elevaron un pedido a tratar en el concejo de la ciudad.
Sus argumentos:
“Luego de años de buscar soluciones al ordenamiento de la venta callejera, apoyando en todos los casos la creación de ferias que contengan a este colectivo, no se continuará dando permisos o renovando los existentes a personas que solicitan ampararse en una ordenanza injusta para los comerciantes legalmente constituidos y formalmente organizados. Tampoco para vecinos del área central que ven cómo se utilizan sus frentes y contenedores domiciliarios como baños públicos por estas personas, quienes están vendiendo productos más de doce horas en el mismo lugar, lejos de ser ambulantes y, en muchos casos venden los mismos productos que los comerciantes a sólo metros de ellos, en lugares de privilegio, donde los alquileres e impuestos son los más onerosos de la ciudad. Se decidió realizar esta presentación y que sea el Concejo el que debata la situación claramente irregular, habilitando verdaderos comercios multiproductos, por su tamaño, por fuera de la línea de edificación, sólo funcionando con un permiso precario, cuando habilitar un pequeño comercio supone un derrotero para el emprendedor, difícil de entender a la luz de esta situación realmente injusta”.
Sí a las ferias, no al desorden del espacio público:
“Las innumerables ferias que funcionan en Rosario contienen a emprendedores y revendedores de productos y, además, están bajo la tutela del municipio. Esto hace que esos espacios sean los adecuados para trasladar a los vendedores que están en el casco histórico y terminar con esta injusticia y contradicción de generar una ordenanza que crea una categoría de vendedor callejero inexistente en ningún sitio del país por fuera de las ferias populares”.
“Medias, juguetes, relojes, joyas de acero, carteras, accesorios de celulares, etc; todos productos que se ofrecen también en comercios tradicionales, aquellos que soportan permanentes inspecciones, para que cumplan ordenanzas que son violadas por estos puestos, acción permitida por una normativa generada para que todos miren para otro lado, menos los vecinos, transeúntes discapacitados y comerciantes”.
“El debate que nadie quiere dar hasta ahora. Esperemos que esta vez sea distinto; que con esta presentación se abra el debate en el concejo, queremos saber si hay quienes representan a los vendedores callejeros con permisos precarios y si hay quienes lo gestionan por ellos, si tienen que pagar un canon por los mismos a estas personas de forma fija y mensual, queremos que todo salga a la luz, también si se utilizan discapacitados, ancianos y personas en estado de vulnerabilidad, para usarlos como boca de expendio de mercaderías de dudoso origen, en lugares claves del centro y con mayor afluencia de público, quienes son los proveedores de mercaderías, donde se guardan, si los que están en los puestos son los verdaderos adquirentes de los permisos, si los permisos se obtienen con tráfico de influencias, que se conozca el listado de personas titulares de los permisos, etc, para luego finalmente se les derogue los permisos precarios para funcionar en el casco histórico y se los redireccione a las ferias que actualmente funcionan en toda la ciudad, que es el lugar natural para los vendedores callejeros de puntos fijos”.
