Recaudación: Por debajo de la inflación

La recaudación sigue sin poder ganarle a la inflación. Según datos publicados esta semana, la recaudación impositiva de enero totalizó $ 211.413 millones, lo que equivale a un incremento anual de 30% en términos nominales. De todos modos, lo obtenido por la AFIP implica una caída de 8% si se descuenta el efecto de la inflación (proyectada en 1,8% mensual y 38% anual). Si bien el blanqueo alteró la evolución de los recursos de la AFIP en los últimos tres meses (acumula algo más de $ 130.000 millones y aún no terminó), la tendencia subyacente no varía demasiado al excluirlos. Simplemente, los datos muestran que la recuperación económica, iniciada en el último tramo del 2016, no es suficientemente robusta como para darle un empuje significativo a los fondos del Tesoro.

Los recursos de la Seguridad Social se mueven en línea con la situación laboral. Concretamente, esta masa de fondos se incrementó un 31% anual, apenas por debajo del 34% de todo 2016 (aunque con una inflación menor). Esta dinámica refleja que la situación del empleo formal todavía no es suficientemente robusta. Estimamos que a medida que la recuperación económica se consolide, ello se traduzca en los fondos destinados a la ANSES.

 

Los impuestos ligados al comercio exterior reflejan ciertos cambios estructurales. Puntualmente, la recaudación por derechos de exportación (+26% anual) ya no se ve afectada por la base de comparación (el recorte de las retenciones llevó a una baja de 6% en 2016) y ahora refleja la combinación de precios y cantidades
exportadas de soja. En este aspecto, el arranque del año luce promisorio. En tanto, lo obtenido mediante derechos de importación (+31% anual) tampoco se ve afectado por la base de comparación, después de un 2016 de “normalización comercial” (eliminación de barreras de protección no permitidas por la OMC) que hizo aumentar lo tributado por este concepto en un 58% anual.

¿La dinámica del consumo estaría por revertirse?

La recaudación percibida por IVA, tributo ligado al consumo privado, creció un 28% anual. Es decir, varios puntos por debajo de la inflación. Sin embargo, caben algunas consideraciones. Primero, el IVA-DGA, relacionado con el consumo de bienes importados, se expandió apenas 18% anual, lo cual muy posiblemente esté relacionado con el mencionado fin de la “normalización comercial”. Segundo, las devoluciones de IVA pagadas por la AFIP a los contribuyentes fueron significativas en enero ($ 1.761 millones, muy por encima del promedio). Tercero, la recaudación por IVA-DGI (bienes domésticos) se incrementó un 37% anual. Un poco por debajo de la evolución de los precios pero bastante mejor que 2016 (+31% anual). Aún es temprano para confirmar si se trata de un cambio de tendencia. Pero, de concretarse, sería un factor que aportará bastante empuje a la economía en general.

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