En zona de descenso

La Argentina sigue sumando malas notas en los rankings de competitividad. Según un trabajo que realizó la consultora Abeceb, el país está en el 25 lugar entre 26 países en un listado que mide el costo laboral para fabricar una unidad de producto, o el Costo Laboral Unitario Global de Manufacturas (CLU).  “Es una medida usada internacionalmente para determinar la ‘competitividad de costos’ o ‘competitividad precio’ entre los países”, cuentan en la consultora que lidera Dante Sica y cuya rama de Competitividad está al mando de Alberto Schuster.

China lidera el ranking, seguida de Taiwán y Estados Unidos. Irlanda y Japón completan el top five. Chile ocupa el sexto lugar y es el país latinoamericano con mejor ubicación, seguido de México, en el 8 puesto. Brasil, el cuarto país que toma el ranking, está en el último lugar, aún peor que la Argentina.

La ventaja de este tipo de rankings es que es más coyuntural, afirma Schuster. Permite percibir en forma más simple respecto de los rankings integrales la medida de competitividad de un país. El CLU es el costo total del trabajo necesario para producir una unidad de producto de manufactura, ponderado por la productividad de dicho trabajo. Medido en dólares, mientras que China tiene un CLU de 17 centavos, la Argentina posee uno de US$ 1,87. Eso se compone de un costo laboral nominal de US$ 11 por hora trabajada (lo que la ubica en el 12 lugar en este listado) y una productividad laboral de 5,87 dólares PPP -paridad del poder adquisitivo- por hora trabajada (22 lugar).

Hacia adelante, para Schuster, se plantea un desafío: “No es socialmente viable plantear en el sector de manufacturas una estrategia de incremento de competitividad de costos mediante la reducción significativa de costos salariales, sino que debe lograrse mediante un incremento significativo de la productividad laboral”. 

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