Ganga Home nació como un emprendimiento pequeño, impulsado desde las redes sociales y con una propuesta clara: objetos de decoración, bazar y blanquería con diseño y precios accesibles. El crecimiento fue rápido, visible y, sobre todo, público. Cada paso se vio en Instagram, TikTok y en la respuesta masiva de los consumidores. Ese nivel de exposición convirtió a la marca en un caso de estudio… y también en blanco de críticas.
Uno de los principales cuestionamientos surgió cuando la empresa comenzó a importar parte de sus productos, algo poco habitual en el rubro cuando lo hicieron.
“Qué loco cuando nosotros arrancamos a importar: muchos emprendimientos y mucha gente nos salió a matar; críticas, comentarios de todo, como si importar fuera algo malo o como si estuviera traicionando algo”, relata Araceli Arriola, fundadora de la marca.
El paso del tiempo mostró un cambio de escenario.
“Hoy esos mismos emprendedores son los que importan, suben videos de contenedores, hablan de sueños cumplidos y crecimiento. Y está bien, de verdad está bien”, señala, sin confrontar, pero marcando una contradicción.
Desde la marca insisten en que el debate suele simplificar un proceso mucho más complejo.
“Lo que muchos no saben —o no quieren ver— es que nosotros nunca dejamos de fabricar. Los que siguen la marca saben que los best seller de Ganga nunca se dejaron de fabricar”, aclara Araceli.
Y agrega un punto central del fenómeno: “Importar no reemplazó nada, vino a sumar”.
Para Ganga Home, la importación fue una herramienta para ampliar oferta, mejorar tiempos y competir en precios, no una renuncia a la producción local.
Redes sociales: vidriera, motor y blanco fácil
Gran parte del debate también se explica por su éxito en redes sociales. Con más de 2 millones de seguidores, la marca logró algo que pocas empresas del rubro consiguen: transformar contenido cotidiano en ventas concretas y fidelidad.
Ese alcance masivo genera admiración, pero también polémica.
“Como fuimos de los primeros en animarnos a dar ese paso, en vez de preguntar cómo hicimos, muchos salen a criticar”, resume Araceli.
El impacto real del crecimiento
Uno de los datos que menos circula en las discusiones es el impacto laboral.
Desde la apertura de su megastore en DOT Baires Shopping, la empresa incorporó a más de 100 personas.
“De repente pasamos a ser ciertas personas y de repente cien personas más. Eso es muchísimo”, destaca la cofundadora. “Por eso molesta la liviandad con la que se habla o las teorías que se arman: crecer no debería molestar, debería inspirar”.
Ganga Home no solo vende productos: expone tensiones del ecosistema emprendedor argentino. Importar o no importar, mostrarse o no en redes, crecer rápido o de manera silenciosa. Cada decisión abre discusiones. “Si algo aprendí de todo esto es que el tiempo pone a cada uno en su lugar”, concluye Araceli.
Mientras el debate sigue, la marca avanza: más locales, más comunidad y el proyecto de una planta de producción propia a futuro. Un fenómeno que no pasa desapercibido.
