En un mundo donde el celular se volvió una herramienta esencial, la posibilidad de recargar la batería en pocos minutos dejó de ser un lujo. Hoy, la mayoría de los smartphones incluyen sistemas de carga rápida que van desde los 18W hasta los 120W de potencia, permitiendo recuperar energía en apenas media hora o poco más de una hora, dependiendo del modelo.
Con el foco puesto en el precio, seleccionamos diez equipos disponibles en Argentina que ofrecen esta funcionalidad sin superar los $340.000, en algunos casos con promociones que los dejan muy por debajo de ese umbral. Los precios corresponden a tiendas oficiales en Mercado Libre y pueden variar según la disponibilidad.
Modelos destacados:
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Honor X6a: pantalla de 6.56″, batería de 5200 mAh y triple cámara trasera. Se encuentra a $299.999, con descuento a $239.999.
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Infinix Hot 40i: con cámara frontal de 32 Mpx y batería de 5000 mAh, su precio promocional llega a los $199.999.
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Motorola G15: ofrece almacenamiento de 256 GB y carga rápida con batería de 5200 mAh. Cuesta alrededor de $236.000.
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Quantum Q20: viene con triple cámara trasera, lector de huellas y reconocimiento facial. Su precio es de $239.999.
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Realme Note 50: un equipo con resistencia al agua y al polvo, y batería de 5000 mAh. Se consigue desde $149.999.
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Samsung Galaxy A05: pantalla grande y procesador eficiente, a $221.999.
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TCL 50 5G Lite: compatible con redes 5G, incluye desbloqueo facial y cuesta $239.999 con rebaja.
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Tecno Spark 20c: carga rápida, RAM expandible y batería de 5000 mAh, por $158.999.
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Xiaomi Redmi 14c: gran batería de 5160 mAh y almacenamiento generoso. Se vende por $220.000.
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ZTE Blade V60 Smart: con 256 GB internos y funciones de seguridad biométrica. Se ofrece a $239.999.
¿Cómo funciona realmente la carga rápida?
A diferencia de los antiguos puertos USB que apenas entregaban 2,5 W, la tecnología actual permite que los teléfonos reciban hasta 120 W o más, aunque la mayoría de los modelos económicos se mantienen en rangos entre 18 y 33 W. Esta carga se produce en dos etapas: primero una corriente constante y luego un voltaje constante, lo que garantiza velocidad sin comprometer la vida útil de la batería.
Lo ideal es aprovechar esta tecnología cuando la batería está por debajo del 50%, ya que en ese rango el proceso es más eficiente y menos perjudicial. Además, cada fabricante aplica algoritmos y sensores para evitar el sobrecalentamiento y maximizar la vida útil del equipo.