En el barrio de Pichincha, conocido por su intensa vida nocturna y oferta gastronómica, se encuentra un lugar que transporta a los visitantes directamente a la Nueva York de los años 80. Se trata de Michel Clandestino, un bar oculto que fusiona arte, gastronomía y coctelería en un ambiente único.
Ubicado en Alvear 23, Michel Clandestino se esconde detrás de la fachada de Jean’s Dogs, una panchería de estilo ochentoso con decoración en tonos rosados. Al final del local, una puerta discreta conduce a este speakeasy, concepto inspirado en los bares clandestinos de la Ley Seca en Estados Unidos.
Ambiente y diseño que evocan a la Gran Manzana
Al ingresar, los visitantes se encuentran con un amplio salón de techos altos, una barra de siete metros y una ambientación que remite a las calles de Nueva York. Grafitis, luces tenues y detalles urbanos crean una atmósfera que homenajea al artista Jean-Michel Basquiat, figura central del neoexpresionismo en los años 80.
Gastronomía y coctelería de autor
La propuesta culinaria de Michel Clandestino se basa en la gastronomía callejera neoyorquina con un toque gourmet. Platos como risotto de remolacha y entraña envuelta en puré de cabutia destacan en el menú. En cuanto a bebidas, se ofrecen tragos de autor como el “Detroit” y el “Chapuzón”, que han ganado popularidad entre los clientes.
Un homenaje a Jean-Michel Basquiat
Michel Clandestino forma parte de un proyecto más amplio que incluye a Jean’s Dogs y al pub Basquiat, todos inspirados en la vida y obra de Jean-Michel Basquiat. Este artista estadounidense, hijo de padre haitiano y madre puertorriqueña, se destacó por su estilo crudo y gestual, combinando palabras, símbolos y figuras humanas para abordar temas como el racismo y la identidad cultural. Su legado perdura como símbolo de genialidad creativa y crítica social.
El lugar busca ofrecer una experiencia gastronómica y nocturna diferente e invita a sumergirse en el universo artístico y cultural de Basquiat.