¿Qué debemos saber sobre la Vacuna Antigripal?

El Dr. Gustavo Welker, Jefe del Servicio de Neumonología y Enfermedades Respiratorias de Grupo Gamma, nos acerca información sobre la Gripe y su prevención, la vacuna antigripal.

Basta con recordar las pandemias de Gripe Española (1918-19), Asiática (1957-58) y de Hong Kong (1968-69) y sus devastadoras muertes sobre la población mundial, para comprender la potencialidad de la severidad de esta virosis para el ser humano.

La Gripe estacional es una infección vírica aguda causada por el virus Influenza, del cual se identifican tres tipos: A, B y C. Los virus gripales de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus (H y N). Entre los muchos subtipos de virus gripales A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A (H1N1) y A (H3N2). Los casos de Gripe C son mucho menos frecuentes que los de Gripe A o B, y es por ello que en las vacunas contra la Gripe estacional sólo se incluyen virus de los tipos A y B.

Síntomas: La Gripe estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre alta, tos, dolores musculares y articulares, de cabeza y garganta, abundante secreción nasal y marcado decaimiento general que, a diferencia de otros resfriados virales que producen cuadros “seudogripales”, ésta obliga a guardar cama. La fiebre y los demás síntomas suelen desaparecer en el plazo de una semana. No obstante, en personas con alto riesgo, puede causar enfermedad grave e incluso la muerte.

Grupos de Riesgo: Los casos anuales de Gripe pueden afectar a todos los grupos de edad, pero quienes corren mayor riesgo de sufrir complicaciones son los menores de 2 años, los mayores de 65 y las personas de cualquier edad con determinadas afecciones, tales como inmunodepresión o enfermedades crónicas cardíacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas (por ej. diabetes).

Transmisión: El virus de la Influenza estacional se propaga fácilmente y puede extenderse con rapidez en escuelas, geriátricos o ámbitos laborales. Las microgotas infectadas que expulsa el paciente al toser pueden ser inspiradas por otras personas que quedan así expuestas al virus. Éste también puede propagarse a través de las manos infectadas. Para evitar la transmisión hay que lavarse las manos regularmente y cubrirse la boca y nariz con un pañuelo de papel al toser o estornudar.

Prevención: La forma más eficaz de prevenir la Gripe, y sus complicaciones, es la vacunación. En los adultos sanos la vacunación antigripal puede proporcionar una protección razonable. En los ancianos puede ser menos efectiva para prevenir la enfermedad; no obstante reduce su gravedad y la incidencia de complicaciones y muertes. La vacunación es más importante en las personas que corren mayor riesgo de sufrir complicaciones de la Gripe y en aquellos convivientes de pacientes de alto riesgo o que cuidan de ellos. La OMS recomienda la vacunación anual (como prioridad) en:

Mujeres embarazadas en cualquier trimestre.
Niños de 6 meses a 5 años.
Mayores de 65 años.

Personas con enfermedades crónicas (EPOC, cardiopatías crónicas, enfermedades hematológicas, renales, metabólicas).
Trabajadores de la Salud.

La vacunación antigripal es más eficaz cuando hay una buena concordancia entre los virus circulantes y los contemplados en la vacuna. Los virus de la Gripe sufren mutaciones antigénicas constantes. La “Red Mundial de Vigilancia de la Gripe” lleva a cabo el control epidemiológico de los virus gripales circulantes en el ser humano. La Organización Mundial de la Salud recomienda cada año una vacuna cuya composición va dirigida hacia las tres cepas más representativas que estén circulando entonces (trivalente).

Desterrando los Mitos: Es muy común la creencia popular de que la vacuna de la Gripe produce la enfermedad. Es frecuente escuchar en el consultorio: “Doctor, me vacuné y me enfermé peor que si no lo hubiese hecho”. Esto es totalmente erróneo y va en contra de lo que la evidencia científica nos demuestra. La vacuna antigripal no produce la enfermedad porque sólo posee fracciones del virus sin capacidad de infectar. Menos del 1% de las personas vacunadas desarrollan síntomas gripales, como febrícula y dolores musculares muy transitorios luego de la vacunación. Pero estos efectos secundarios no son los mismos que los de la enfermedad real. La inmunidad protectora se desarrolla 1 a 2 semanas después de la vacunación. Por lo cual es probable que una persona recientemente vacunada pueda estar expuesta a la enfermedad (virus de la Influenza) antes que sus anticuerpos se manifiesten y, por consiguiente desarrolle la enfermedad. Esto puede dar lugar a pensar erróneamente que se desarrolló la enfermedad como producto de la vacunación. A su vez “Gripe” no es cualquier enfermedad con síntomas de resfriado y febrícula. Hay muchos otros virus respiratorios estacionales (rinovirus, coronavirus, parainfluenza, etc) que dan síntomas “seudogripales” de menor intensidad y con menor potencialidad de gravedad que no se protegen con la vacuna antigripal.

Contraindicaciones: Todas las personas que tuvieron anteriormente una reacción alérgica grave (anafilaxia) a cualquiera de los componentes de la vacuna, como el huevo o proteínas de pollo, ovoalbúmina (proteína de la clara del huevo) o formaldehido, deben consultar con su médico.

Mensaje final: La vacuna antigripal previene las complicaciones y reduce la mortalidad inherente al virus de la Influenza (Virus Gripal) en todas aquellas personas que forman parte de los Grupos de Riesgo, según lo que determina la OMS. Por lo cual, esas personas tienen una indicación formal anualmente para la vacunación antigripal.

Composición de las vacunas antigripales temporada 2016

La Organización Mundial de la Salud (OMS recomienda que las vacunas trivalente a usarse en la temporada de Influenza 2016 (Hemisferio Sur) contengan los siguientes componentes:

-Un virus tipo A/California/7/2009 (H1N1);
-Un virus tipo A/Hong Kong/4801/2014 (H3N2);
-Un virus tipo B/Brisbane/60/2008.

Fuente: Dr. Gustavo Welker, Jefe de Servicio de Neumonología y Enfermedades Respiratorias de Grupo Gamma

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