Donde la sequía fue bienvenida

Se trata de un sector que agrega valor en origen. ¿Cuál es la realidad que vive la industria vitivinícola?

Pasó la vendimia y se cosecharon más de 220 mil hectáreas con vid distribuidas en su mayor parte contra la cordillera, desde Neuquén hasta Jujuy. El 92% de la superficie corresponde a variedades aptas para elaboración de vinos, el 6% a variedades para consumo en fresco y el 2% para pasas.

Si bien la falta de lluvias producto del fenómeno de “La Niña” afectó negativamente las producciones agrícolas tradicionales, para el caso de la vid esto es sinónimo de tranquilidad. “La sequía, en nuestro terruño, brinda tranquilidad porque evita la proliferación de hongos que afectan la sanidad de las uvas”, le explicó a ON24 Diego Córdoba, embajador de marca de bodega La Rural, y uno de los rosarinos que mas sabe de vinos.

Coyuntura

Para Diego Córdoba, describir la realidad de la industria vitivinícola apenas en un artículo sería muy pretencioso, ya que son múltiples los factores que desde hace años la tornan, al menos, preocupante. Y según el experto, uno de los mayores problemas radica en la comunicación y la comercialización del vino.

A este déficit comunicacional que apuntó Córdoba, se sumó el efecto del “Niño” que, durante 2016 y 2017 derivó en inundaciones y lluvias tardías con consecuencias devastadoras para muchos productores. Tras la pérdida de un 40% del volumen de producción global, algunas bodegas aumentaron sus productos en valores superiores al nivel de inflación. Al mismo tiempo, las cervezas con su usual agresiva campaña de marketing bajaron sus precios y estimularon aún más su consumo.

Así fue que en 2017 se contabilizó la media de consumo más baja en nuestra historia. “Hoy tenemos un consumo anual “per cápita” de 21 litros; muy por debajo de aquellos famosos 90 litros por persona/año en la década del 70’”, explicó el representante de la emblemática bodega.

De punta

Desde mediados de la década del 90, la industria del vino, o al menos las bodegas mas importantes, vienen tomando tecnología e incorporando conocimiento en sus procesos. “En términos industriales, lo que alberga desarrollo tecnológico y científico e incorporación cognitiva, es cada vez mayor; con un notable salto cualitativo en todos los procesos de vinificación”, ilustró Córdoba.

Son contados los países con la tecnificación, la superficie de cultivo y el volumen de producción argentino. Muchos ignoran que nuestro país es parte de la vanguardia del desarrollo vitivinícola mundial. Entre más de cien países productores de vino, salvo estas últimas cosechas, Argentina suele figurar sexta en volumen de producción y con el potencial para seguir escalando.

Estrategia

Que el Malbec argentino goza de un tremendo prestigio a nivel mundial no es ninguna novedad. Desde hace mas de 10 años ocurre esto. Sin embargo, para este experto de bodega La Rural, basar la estrategia de comunicación y produccion en el Malbec es un error.

“Cuando uno anda por el mundo, se cruza con etiquetas o comentarios acerca de vinos “chilenos”, “californianos”, “australianos”, “neozelandeses”, “sudafricanos”, etc, pero no “argentinos”. Sí, en cambio, se habla del “Malbec”. Es decir, trasciende el varietal y no la nación productora como corporación. “Me atrevería a decir que es un caso único”, se lamentó Diego Córdoba. Porque sabemos acerca del “Carmenere” (Chile), “Zinfandel” (USA), “Shyraz” (Australia), Sauvignon Blanc (Nueva Zelanda), “Pinotage” (Sudáfrica). Por dar un ejemplo, un consumidor entra a una tienda de vinos en Valencia y pide un vino chileno y no un “carmenere”. “Y se lo lleva sin tener la menor idea de que variedad es”.

El Carmenere podría significar para Chile, lo que el Malbec para Argentina. Sin embargo, sus principales producciones y exportaciones son de Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc.

Nuestro país también desarrolla con excelencia estas variedades, pero “las seguimos relegando desde el punto de vista de la comunicación; centrando casi todos nuestros recursos en una sola cepa”, se lamentó.

Hacia donde va el negocio

Esta industria no es ajena a la revolución de la digitalización, las comunicaciones y las redes sociales. Por eso, el sistema de distribución y venta a través de bocas de expendio, como las vinotecas, comienza a dar muestras de agotamiento.

Son de público conocimiento los casos de quiebra de grandes franquicias de venta de vinos a la calle. Y, en contraste, cada vez más bodegas incorporan el E-commerce como alternativa de distribución y comercialización de sus productos.

“A mí me enseñaron que el vendedor de vinos, inexorablemente se convierte en amigo de sus clientes. El vino nos une, crea un nexo emotivo que forja lazos afectivos entre aquellos individuos que, aún inconscientemente, llevan consigo el latente deseo de compartir”, destacó Diego Córdoba, embajador de bodega La Rural desde hace mas de 15 años.

“Más allá de la composición química del vino, que tanto me apasiona explicar, lo más importante que encierra una copa son las emociones y éstas no pueden transmitirse haciendo click en un portal virtual”, concluyó.

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