¿Y si los concejales fueran robots?

Rodolfo Giro provoca a ampliar a otras dimensiones el debate en torno a la disconformidad con el trabajo de los concejales. Imperdible columna del portal mendocino Memo.

Hace algunos días el empresario Fernando Barbera en una nota expresó varios comentarios sobre los gastos de la política y en particular se refirió a que los concejales departamentales deberían trabajar gratis, esto generó una amplia polémica.

Me voy a sumar a estas reflexiones vertiendo algunos comentarios al respecto, pero orientados a los posibles impactos de la tecnología, en particular sobre las aplicaciones actuales y futuras de los robots, lo aclaro para no acrecentar la discusión sobre los funcionarios públicos, sino para valerme de ella para ver hasta qué punto los robots están cambiando nuestras vidas, sin que algunas veces estemos conscientes de ello.

Primero intentemos contestar la pregunta, para ello repasemos cual es el sentido del cargo de concejal, es el primer eslabón de representatividad de los ciudadanos en el ámbito más directo a su vida cotidiana que es el municipio en el que viven, y tienen como responsabilidad, representar a los vecinos para aprobar o debatir sobre las ordenanzas que regulan las actividades del ámbito su comuna.

Por otro lado un robot es una maquina automática programable capaz de realizar tareas repetitivas pudiendo reemplazar a los seres humanos en tareas peligrosas, pesadas y repetitivas, que puede tener la capacidad de adaptarse o “aprender” analizando su contexto y memoria.

Obviamente para ambas palabras hay muchas definiciones y derivaciones, he tomado las que interpreto son mejores para el enfoque que quiero desarrollar, según la literalidad de estas definiciones no debería ser posible que un concejal sea reemplazado por un robot, pero continuemos el análisis.

Hoy en Argentina y en Mendoza existen robots principalmente en el ámbito industrial de maquinaria pesada, por ejemplo, son bastante conocidos en las fábricas automotrices, pero también hay en el ámbito doméstico, por nombrar algunos como: limpia alfombras, barre fondo de piletas, cortadoras de césped, drones y sin duda un montón de otros “juguetes” sofisticados; estos son los robots que podemos ver a simple vista (si tienen dudas, busquen en las tiendas online y verán que estos y algunos más pueden ser comprados hoy con facilidad en Argentina).

Estas máquinas se suman, a muchas otras que no se ven que son los llamados técnicamente “agentes” virtuales, estos robots no tienen “forma física” pero están en nuestros teléfonos y computadores, mirando lo que escribimos, escuchado lo que decimos y sugiriéndonos contenido todo el tiempo, en algunos casos decidiendo por nosotros incluso las palabras que debemos escribir.

Las “maquinas físicas” están en el mundo hace muchos años, la Inteligencia Artificial o los “robots virtuales”, no hace tanto, y si bien estamos lejos de que exista por ahora algo como un Terminator o un Wall-E, las maquinas inteligentes ya son una realidad y hay llegado para quedarse.

Alan Turing, creador de la computadora moderna, expreso que una máquina solamente podía considerarse inteligente si podía imitar respuestas humanas, dando las bases para a lo que se conoce como el test de Turing en el que, cuando haciendo la mismas preguntas a una computadora y a una persona humana sin saber cuál es cual, si no se pudiera detectar la diferencia estaríamos en presencia de una inteligencia artificial. Esta prueba se superó públicamente en el año 2018 por Duplex de Google.

¿Realmente una computadora decide mejor que un ser humano?, la verdad en el contexto amplio de la frase no lo puedo responder, pero lo cierto que en contextos acotados si, hoy decide que ruta debemos seguir, que producto debemos comprar, con que pareja debemos tener para una cita, que película es la que quiero ver, que articulo tengo que leer, que puedo comer, en fin…

Volvamos a Mendoza, no quiero decir que esto no esté pasando también en Mendoza, pero veamos desde el punto de la Economía del Conocimiento local cómo nos afecta. Primero no existe el término “local” para la tecnología, cuando Google activa una nueva función casi de inmediato es de alcance global, sin embargo, en otros países hay más conciencia de este impacto y se protege mejor a los usuarios y sus datos, es decir no se aceptan los términos y condiciones sin leer la letra chica, los gobiernos y los ciudadanos soy más conscientes y por lo tanto también más cuidadosos de la información que comparten y cómo usan las aplicaciones en sus computadoras o teléfonos.

Sobre aplicaciones para desarrollar en Robótica e Inteligencia Artificial creo es mucho lo que podemos hacer, hay mucho campo de acción para crear robots “livianos” para tareas semi automáticas, en el casi de los robots “pesados” puede que necesitemos inversión que por ahora está fuera de nuestro alcance. También podemos trabajar en su diseño e ingeniería de base.

En Inteligencia Artificial y Machine Learning podemos hacer casi todo, esto es poner sudor e inteligencia humana, es tan posible que por ejemplo nosotros en mi empresa (IB es una pequeña pyme) tenemos tres doctores trabajando en ello, y si nosotros podemos, cualquiera puede. En nuestro caso la usamos para mejorar los procesos de aprendizaje. Pero hay muchos otros contextos la IA (Inteligencia Artificial) se puede usar para mejorar los sistemas de riego, optimizar la producción, predecir comportamientos, cosechas, plagas, clima, accidentes y casi todo lo que se les ocurra, incluso tomar decisiones jurídicas como lo están haciendo en el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, decidiendo sobre expedientes simples de litigios frecuentes.

Lo que creo es que si bien hay quienes la están usando y produciendo, hay mucha capacidad de desarrollo disponible y no lo estamos pensando estructuralmente, en España por ejemplo ya discuten sobre que los robots deben pagar las jubilaciones por los empleados que reemplazan (Pacto de Toledo), en Francia los conductores debaten sobre los autos autónomos, los robots son herramientas que hacer los trabajos repetitivos mejor que nosotros, sin riesgo a menor costo y van a ir ocupando cada vez más actividades humanas de la antigua economía.

¿Está bien que las personas trabajen como autómatas? Son un convencido que debemos generar más fuentes de trabajo pero no que esclavicen a las personas, trabajemos en sumar valor e inteligencia a nuestras actividades, usemos nuestros cerebros para pensar y seamos creadores de riqueza, que la tecnología y el conocimiento potencien y expandan desde las Economías Regionales, pasando por Medicina de Alta Complejidad y la nueva Educación llegando a las nuevas empresas de Alta Tecnología.

Volviendo a la pregunta inicial, un funcionario público que realiza tareas mecánicas y repetitivas sin no aporte de valor intelectual, ¿puede ser reemplazado por un robot? Dejemos que Barbera responda esa pregunta, pero sinceramente pensemos si la tarea que hoy estamos haciendo seguirá existiendo en el futuro, no hay que desesperarnos por la invasión de las maquinas, debemos ocuparnos en generar nuevos tipos de trabajos y adaptar nuestras empresas a los desafíos creativos del siglo 21, hay que usar la cabeza para crear y no para consumir lo que nos propone la pantalla del celular.

EL AUTOR. Rodolfo Giro. Actualmente es cofundador de Interbrain Innovation, empresa que acelera el aprendizaje cognitivo de compañías, utilizando Simuladores de Entrenamiento con tecnologías disruptivas, gamificación y mediación de contenidos. Interbrain acaba de ser merecedora del premio Dr. Gustavo Kent cómo la PYME más innovadora del año. Rodolfo se inicio en la computación de muy joven y trabaja en la industria desde que egreso del secundario. Se recibió de Ingeniero en Informática en la Universidad Mendoza, y posteriormente hizo especialización en Ingeniería de Software pero solo formalizo su posgrado en Administración de Empresas.

Posee experiencia de trabajo en varios países, en Latinoamérica en México, Chile, Argentina y Uruguay. En Europa en Suiza, España y Francia. También en los Estados Unidos de Norte America trabajo en proyectos en San Francisco (Silicon Valley), Los Ángeles y Nueva York.

Sus innovadores proyectos han sido merecedores de galardones nacionales (Argentina) e internacionales (Comunidad Europea), siendo el primer proyecto mendocino en ganar el Premio Sadosky (más importante de la industria de software de Argentina) en el 2011 en la categoría de nuevas tecnologías aplicadas, también obtuvo primeros puestos en las ediciones 2010 y 2012 del Mendoza Innova, menciones especiales y finalista en WAYRA, INNOVAR, Joven Empresario Argentino, entre otros concursos y distinciones.

Dentro de sus experiencias más relevantes participo en proyectos vinculados efectos especiales por computadora, desarrollos de software de clase mundial, entornos interactivos en 3D para entrenamiento y un sin números de proyectos interactivos para internet o dispositivos móviles.

Es fundador del Polo TIC de Mendoza y referente de la industria de Software de Argentina, ha participado como expositor en temas de Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Mundos Virtuales, Interactividad y Usabilidad, en diferentes ámbitos académicos y empresarios del mundo, comitivas de universidades del exterior realizan visitas a su empresa en Mendoza.

Fuente: Memo

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